un poema
No
debería escribir más, no debería, nunca debí escribir, pero tuve miedo
de quedarme con tantas palabras, nunca he sabido qué hacer con las
palabras y como esta boca de perra que tengo es torpe me puse a
escribir, sé que escribir no sirve para nada, para nada, una cosa es la
literatura y otra la burda reality, en la grieta, en el abismo perdí el
rumbo, ese es el simulacro, los intelec creen que sirve, los que
escriben creen que sirve, pero después de escribir me queda atragantada
la sensación de haber perdido el tiempo, toda la tarde he perdido el
tiempo, doy batalla con la escritura como con un cuchillo, con el
cuchillo con que me rajo la carne que cede, que siempre cede... a quién
mierda le importa... frente, frente a las palabras, so alone, otros
estarán jodiendo a esta hora en el baño de algún cine, te acuerdas del
baño del cine y la cara de la mujer que trapeaba el piso y no dejaba de
trapear... estarán besando un trasero vivo, agitándose como si
estuviesen vivos y yo aquí harta de perder el tiempo y de escribir
huevadas que nadie lee, espero por una buena muerte que todo lo calle,
que hasta a mí me calle, que me calle esta cabeza que nadie calla, no
soporto a las palabras, no sabes cómo se sienten, como el forado de una
automática se sienten, como si entraran quemando se sienten, me pesan en
las tripas y no hay calmante que valga... estiro la cuerda del arco
pero sin f lechas... ya no me llegan postales de Atlanta, nadie se toma
un café helado, ni piensa en mí, nadie... me dejaste por otra, no
necesitas dejarme por otra, para dejarme tirada así, enmudecida así,
perdida así, no necesitas a otra, les creo a las palabras, les creo,
mientes, miénteme, quítame este brazo muerto, no me lo dejes, no me
pesan las palabras, no me pesan, hace meses que no escribo.
(Fuente: La comparecencia infinita)
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