domingo, 20 de febrero de 2022

Pablo Mackenna (Santiago de Chile, 1969)

 

el cielo comienza en tus pies









 
 
el cielo comienza en tus pies
tan solo un salto
y te vuelves estrella 

el cielo se desborda en tus páramos
fisgonea tu silueta, grietas, pliegues 
el cuenco de tus manos 
la hipnosis y el vértigo de tu ombligo 
en el gesto piadoso de tu pubis
(como las manos temblorosas de un niño frente al altar) 
donde se contiene, resopla húmedo y descansa

te baña el universo
se cobija infinito el silencio
se esconde la noche entera
sigilosos tus pies, tu frente erguida 
desgarra tu cuerpo quirúrgico
como la quilla vuelta de un naufragio
el hálito inmenso del firmamento 

el cielo comienza en tus pies 
y trepa sigiloso y madreselva 
dibujándote a soplos 
como el artesano al cristal candente
te envuelve como un guante
y ahoga en un abrazo vaporoso
el jadeo de tu piel

el cielo se mira en tus ojos 
crepita en tus pestañas 
aletean, mariposa, tus párpados 
las antípodas agitan su reflejo
se desatan los monzones
y enmudece la tierra al contacto de tu voz 

el cielo recorre tu boca, penetra en tu garganta 
titila en tu pecho 
como el fulgor de una luna en el agua

el cielo persigue tu estela, la huellas
de arcilla, guijarros, la hierba
y a cada paso
te vuelve a atrapar, te envuelve y te germina 
como al pistilo 
el abrazo fecundo de las abejas

y es que el cielo tiene una herida 
rasgado como un lienzo
arponado el vientre 
como el cerrojo de una llave diamantina
que eres tú 
porque el cielo comienza, nace y muere
cada vez
allí donde tú terminas

en el eterno big bang de tu pulso
que arremolina la luz en tu seda
precipitándose al origen
como una flecha expulsada
desde el arco curvo del tiempo 
al tiempo de tu primer latido

***
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

No hay comentarios:

Publicar un comentario