lunes, 21 de febrero de 2022

Marcelo Ajubita (Venado Tuerto, Argentina, 1958)

 

Una casa sin niños

 



 
 
 
 
Una casa sin niños
no es una casa
apenas un paradero
donde vanidad y egoísmo
se atrincheran dentro
de un nauseabundo silencio 
¿quién meará tras el manzano
o correrá gallinas
hasta infartarlas?
Home sweet hole
pegando mocos bajo el sofá
el yerno de Satán merodea
al calor de las noches árticas
colas de zorro enredadas
en los cordones
una casa sin niños
un hospital sin pacientes
donde toda explicación
es menos que un rebuzno
cocina de desechos
y una religión inventada
Los sacrílegos     los blasfemos
ya hicieron el trabajo sucio
y los malvados coronados con ortigas
caminan ciegos hacia la línea de fuego
porque no hay luces cegadoras
sólo luces que se apagan
o se queman en su propia energía
empiojados sin asco
¿hay algo más estúpido que morir
en un cementerio?
El infierno de Kora
mi querido doctor es
deslumbrador
pero este viene
inmundo y vergonzante
baleados por nuestro protector
casi sin dormir    entre ratas
enfermas de lujuriosa vanidad
han empujado a los niños
a manejar armas para un negocio ajeno
mientras aplastan sus casas
con topadoras bancarias

una casa sin niños
no es una casa
Y la tontería de hablar de
abismos    vacíos    precipicios
de un oficio peligroso
cuando es un puro invento
no es más que el sermón político
de un Reverendo
hijo de puta.

[inédito]



Foto: Charlas Contemporáneas/YouTube
 
 
(Fuente: Campo de maniobras)

 

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