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EN EL RESTAURANTE CHINO
Era bueno porque nunca fuimos,
en todos esos años juntos. No necesitábamos ir
aunque podíamos hablar de él y entonces permanecíamos
felices juntos en el lugar que habíamos vuelto
tan pequeño y falto de aire que no podíamos irnos.
Pero podíamos pensar en él y decir: “Tal vez
vayamos algún día”. Pero no había manera
porque así vivíamos y habíamos perdido todos los mapas.
Se hizo más perfecto a medida que pasaron los lentos años
como si ya estuviéramos ahí. Un buen día
si mirábamos lo veríamos todo a nuestro alrededor.
Estaríamos dentro de él, aún viejos y grises.
Y entonces una noche, en ese restaurante desaparecido
con mozos chinos alrededor, tomamos
el menú chino y comprendimos
cada palabra. Cuando
los mozos sonrieron fue una revelación.
Se veían tan nítidos mientras los vasos se llenaban lentamente.
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IN THE CHINESE RESTAURANT
Because we’d never go ther, it was good,
those years together. We’d never need to go
though we could talk of it and so we were
happy togheter in a place we’d made
so small and airless that we couldn’t leave.
But we could think of it and say, “Perhaps
we’ll go there someday.” But we could not go
far as we lived so we’d lost all the maps.
It grew more perfect as the slow years passed
as if we were there alredy. One fine day
we’d find it all around us if we looked.
We would be in it, even gold and grey.
So that, one night, in that late restaurant
with Chinese waiters round us we picked up
the menu in Chinese and understood
every single word of it. It was
a revelation when the waiters smiled.
They looked so clear as the glasses slowly filled.
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Extraído de La Isla Tuerta | 49 poetas británicos (1946-2006). Selección, traducción & notas de Matías Serra Bradford, Lumen, España, 2009, pp. 192-193 | Buenos Aires Poetry, 2022 | Imagen: Copyright © 2022 BBC
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