LA DESPEDIDA DE LA luz
Vente, luz, a mis ojos,
descansa tu fatiga
en ellos, tan cansados,
alíviame, y acábate
en el amor del hombre.
Antes que se dilate
la sombra de la noche
en que habrás de morir
y yo morirme,
álzame tu pañuelo
que, tras las montañas,
es un fuego de rosas,
y dime que la vida
fue un día fiel, y largo,
que supo de mi amor,
y amaré este cansancio.
(Fuente: Ada lírica)
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