Plegaria antes de nacer
Plegaria antes de nacer
No permitas que el murciélago, la rata, la comadreja o el ghoul
se me acerquen.
Aún no he nacido; consuélame.
Temo que la humanidad me encierre en los altos muros,
que me narcotice, con sabias mentiras me engañe,
en oscuros potros me torture, en baños de sangre me sumerja.
Aún no he nacido; dame
agua que me acune, hierba que crezca para mí,
árboles que me hablen, cielos que me canten,
aves y una luz blanca en mi cabeza que me oriente.
Aún no he nacido; perdóname
por los pecados que el mundo sobre mí cometa,
por mis palabras cuando se expresen,
mis pensamientos cuando me piensen,
mi traición a manos de traidores,
por mi vida cuando asesinen con mis manos,
por mi muerte cuando me vivan.
Aún no he nacido; ensáyame
en los papeles que he de actuar y las señas que he de entender cuando
los viejos me amonesten, los burócratas me regañen,
las montañas me desdeñen, los amantes se burlen,
las blancas olas a la locura me llamen,
el desierto al desastre me invoque
y el mendigo niegue mi dádiva y mis hijos me maldigan.
Aún no he nacido; escúchame,
no dejes que el hombre, que es bestia,
o que un dios se siente, se me acerque.
Aún no he nacido; lléname
de fuerza contra aquellos que desean congelar mi humanidad,
convertirme en un autómata letal,
tornarme un engranaje en la maquinaria,
una cosa con un rostro, una cosa,
y contra todos quienes busquen disipar mi integridad,
soplarme como un diente de león,
de aquí para allá,
de allá para acá
como agua entre los dedos.
No dejes que me conviertan en piedra
y no dejes que me derramen.
Si no, mátame.
*
Sin datos de traducción.
(FuenteCecilia Pontorno)
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