Pensamientos de Arthur Rimbaud
Pensamientos
de Arthur Rimbaud
Túmulo
de arena y sangre
sin otro mandato
que el olvido.
No he visto otra cosa
que no sea desierto.
Una vez
tuve el improbable
anhelo de ser otro .
Amé también la sed
que penetra arrogante
las fauces de lo incierto.
En cada línea
de mis manos
ardió la llama del exilio.
Mi corazón
pústula herida
resistió detrás
de todos los adioses.
¿Quién impuso en mí
esta voluntad
de consumación y olvido ?
Muertos
tus bellos dones
juventud,
la tierra entera me fué inútil.
El mundo está herido
de finalidad.
Nadie ha resistido
como yo
la ardiente desmesura
de sus últimos límites.
Allí dónde la vida
acomete
y se agita sin tregua
y sin afanes.
Después
he malvivido.
Y me agoté sin piedad
en el vientre de todas las furias.
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