PERSONAE
que perdió las llaves de todas las puertas
que no perdona la muda terquedad de los parques.
Me detengo
y saludo a las estatuas de sal.
Redacto pálidos problemas
en cuadernos color púrpura,
prolijos comentarios de un libro
que nadie habrá de leer.
Escribo con la tinta escurrida de mi ausencia
mientras acaricio las cicatrices del olvido.
Creo identificar el problema:
soy un promontorio que se adelanta al mar
en tanto tantea el vacío
con las manos llenas.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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