Cheshire
No es el gato,
es la sonrisa lo que
dura, dientuda
y despiadada.
Nos gusta resistirnos
a verdades como ésa:
a cómo nuestras partes
pueden perderle lealtad
al todo;
a cómo cada vínculo
puede ser más casual
de lo que imaginábamos;
y hasta qué punto nos podríamos
borrar, y aún así
alguna parte aislada
se las arreglaría lo más bien.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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