Muier
Ay, gata persa negra:
¿no soportaba acaso ya tu vida
haber traído al mundo una copiosa prole?
Te llevamos a aquella vieja granja
yanqui para que al fin pudieras descansar
-tan sola en su abundancia
de ratones de campo
por los pastos crecidos- y ahora vos
te dignás a volver en ese estado.
Ay, gata persa negra.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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