Poeta, cuando se abre la puerta de repente
Confieso que estos labios se han cerrado
alrededor de más pezones
que los tuyos
y los de mi mamá.
Confieso que estas manos han tomado,
agarrado, profanado
el templo de bastantes.
¿Pero no preferirías que fuera tuya mi alma
–esa cosa inmortal–
en vez de mi torso esculpido,
los abdominales marcados que un día se desdibujarán,
o este falo que,
como hasta el sol el día menos pensado,
se rehusará a erigirse?
Trad. Ezequiel Zaidenwerg
(Fuente: Zaidenwerg)
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