lunes, 19 de septiembre de 2022

Elena Pedrosa (Málaga, España, 1977)

 

2 poemas de PROCESO DE AUTOBORRADO

 


I

Es fácil caminar

mientras descarga

el oleaje
su lluvia

incandescente

sobre tu espalda,

 

con la sonrisa recta,

la mirada en el suelo

y los pulgares tensos.

 

Es fácil caminar

sin perspectiva

[ahora
que el futuro

se diluye]

 

con objetivos claros

[a 5 o 10 minutos]

 

marcados
con tiralíneas
como en el mapa
el cruce de fronteras

entre Mali y Argelia.

 

Calcular la distancia,
la velocidad del cruce de miradas,

el volumen de encuentros.

 

Llegar,
pidiendo perdón

o permiso.

 

Sin juicio,

por favor,

lo venía

a comprar

un paquete

de galletas.

 

Sin sentencia.

Por favor,
sin sentencia.

 

Es fácil volver
a casa con el sol
dando en tu espalda.


Con el peso de las miradas,

[de esos ojos
ahora
más visibles]

sobre tu espalda.

 

Los puñales sobre tu espalda.

 

El peso de la sociedad,

la libertad y la vida.

 

Correr,
pidiendo perdó
n o auxilio.

 

No me grite por favor,

lea el BOE por favor.

Y biología,
ciencia,

sociedad

y poesía.

 

Lea. Por favor, lea.

 

Por fin en casa.
La llave en la cerradura,

la mirada en el suelo,

atenta al próximo escalón.

 

El ascensor aséptico

[sin compartirte,

sin vivirte]

 

El miedo del encuentro en la escalera.

 

Ha sido fácil,
sólo un momento ahí afuera.

 

[En casa,
ya estás en casa.

Por fin en casa]

 

Sí, ha sido fácil.
Mañana volverás a intentarlo.




IV

 

Tu dolor
se me impregna en cada pliegue gris

a 360 kilómetros
por hora

 

[parte
de la materia
del caos autoinmune

de mi alma

 

parte
de la materia
de mis huesos frá
giles]

 

Degenerando células

y arterias

 

Porque
soy tú
y tu esencia
se ha olvidado de ti mismo

 

Mi autoborrado
parte de tu inercia
de apoptosis programada

 

desbordando la presión

por encima
de 120 hectopascales

 

Osteoporosis emocional

Hipertensión o disnea

 

el trayecto lineal del sismógrafo

que no late
y que nunca miente

 

El bocado se atraganta
El óleo se diluye en trementina

 

Y se me derrite tu autoabandono por dentro

Tu ceguera se acumula en decibelios de gritos

de impotencia en mi estómago
como gritos de gaviotas confinadas

en un cielo congelado

de plastinieve eterna

 

Y vuelvo a dormir

vuelvo a huir
y me envuelvo

 

Desprendimiento del mundo

en la retina



Elena Pedrosa. En: Inexpugnable. Ed. Fantasma, 2022

Fotografía Abel Murcia 

(Fuente: Voces del extremo)

 

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