INFORME POLICIAL
La escena se ha enfriado bajo un pesado desorden.
Hay un olor de flores descompuestas,
de cosas hace mucho paralizadas. ¿Tenía
algún enemigo resuelto allá afuera? ¿Una falla,
un coágulo en el pasado? En cada objeto
que perturbó la ráfaga del escándalo
hay una especie de venganza inmóvil,
una avaricia que no entrega su testimonio.
Aplastado a la alfombra, mortecino
y seco, el reguero de sangre,
sordomudo y aislando una verdad, expone una cuerda
rota
en el drama de las relaciones humanas.
La mente profesional desanda el tiempo
y la estructura de los hechos
porque estas cosas ya habían sucedido:
así que nadie oyó nada cuando la pistola
simplificó la contradicción y decidió el asunto.
Si queda alguna pregunta, un rastro digital
técnicamente apto, por ejemplo,
un texto escrito en el tejido oscuro, una muesca
reciente
en superficies que se han vuelto ambiguas
los molerá la lógica hasta filtrar el pus.
Por ahora se apagan las luces
para que el muerto cierre sus perforaciones,
bulto ciego girado sobre el secreto.
Afuera el aire es clamoroso; en el sol de los días que
siguen
una culpa sólidamente encarnada
circula de azul vestida, estrecha manos y no huele a
nada en especial.
***
AVENTURA DE LOS OBJETOS
El único propósito que vive
en la materia pasiva de estos objetos
es estar allí, a mi mesa aplastados.
El resto es mi culpa, la humanidad
del vaso y el cenicero. Pero ellos buscan
la libertad de un animal superior.
Esta mañana, por ejemplo,
en mi taza vacía se insinuó
una intención soñadora
de crearse una autonomía, saltando
sobre un frío peso azul. En esa arbitrariedad
puse toda mi fe posible contra el engaño
de un mundo que ya estaba creado
fuera de mí. Lo que la taza inventaba
me correspondía: la nueva realidad de una anarquía
tan privada como mis propios huesos.
****
MUCHACHA EN LA EPOCA
Cuántos millones de automóviles circulan
entre la tierra y ella; televisores que aúllan
parpadeando; kilómetros de pavimento mortal
y computadoras zumbando una irrealidad ilimitada.
¿El mundo, este mundo histórico es
lo bastante satisfactorio en su cintura?
Hay ciertas dimensiones que no le conciernen:
cuando, por ejemplo, bombardean
por comida y petróleo la mitad del planeta,
detectan fantasmales murmullos a orillas de una
estrella muerta.
La música redime la confusión: ella prueba
que se puede ser feliz si en la cabeza
se adelantan las figuras del próximo baile;
ahora que anochece en la calle fatigada
y su fe en las estaciones del año gira sobre un eje
carnal
y la belleza del todo en su cabello no declina su
anhelo.
Entonces, he aquí su habitación, olorosa
de vísperas y mañanas, como un huevo reciente,
aquí donde el espejo es bastante para alojar este
universo
y la naturaleza se instala para confiar en ella.
La noche le acerca remotas promesas,
la lámpara revela la inestabilidad de su vestido
hasta que se desploma en la cama y reconquista su
carne.
***
DALIA INCLINADA HACIA MI VENTANA
Celebro que no seas
una efusión de mi cabeza calcinada
sino la aventura de una vida individual
que me busca en la tarde lluviosa.
Mi apuesta es dedicarte
lo que puede salvarse un fracaso
ahora que inclinas hacia mi ventana
tu pesado estallido purpúreo, por líneas
de azul raspado y gotas que se demoran.
Desalojo el humo y la negación
de mis pulmones. Suavizo
el crujido estacional de mis articulaciones.
Puesto que no obtuve
una respuesta consistente en mi agujero mental,
sino abstracciones monstruosas
y una certeza de condenado por la época
entro en tu frío peso con mi última edad.
Ensayadas mentiras huyen por la ventana
y oscurece a mis espaldas. Pero tú salvas
mis porciones secretas: ahora que compartimos
un naufragio carnal
que parece tan lento y justo bajo la lluvia.
En "Violín obligado" (1984)
(Fuente: Cecilia Pontorno)
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