sábado, 24 de septiembre de 2022

Carl Phillips (EEUU, 1959)

 

Generosamente





 

 

 

 

 

Así que estamos aquí otra vez, acariciando con el dedo

de una sola mano los arrugados pliegues de los orificios

de salida que la memoria deja tras de sí, dijo él, y arrojó

su correa de estrellas, después la apretó,

 

alrededor de los cuernos que aparentemente olvido,

siempre, tener. Olor de la noche cayendo cuando

está cayendo todavía. Insaciabilidad y

cualquier otra cosa escondida detrás de las partes

 

que la escondían. Con seguridad, cualquier víctima

-propiciatoria o no- merece algo mejor, pensé, él

llevándome por mientras hacia el lugar habitual, las

ramas generosamente separadas, allá, como si dijera

 

Pasen. El viento estaba limpio. El viento

nos venía bien, en su pelo, en ambas caras.

 

 


Traducción de Cristián Gómez Olivares

 

en Yo solía decir tu nombre, 2019

Originalmente en Wild is the wind, 2018

 

 

 

Givingly

- So here we go again, one-handedly fingering / the puckered edges of the exit-wounds / memory leaves behind, he said, and he tossed / his leash made of stars, then tightened it, // around the antlers it seems I forget, always, / about having. Smell of nightfall when it / hasn’t settled yet. Insatiability and / whatever else hidden behind the parts // that hide it. Surely any victim -sacrificial / or not- deserves better, I thought, him leading me / meanwhile toward the usual place, the branches / grow more givingly, apart, there, as if to say // Let pass. The wind was clean. The wind / was a good thing, in his hair, and across our faces.


 (Fuente: Descontexto)

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