Y si no es una piedra preciosa
Y si no es una piedra preciosa
sino simple arenilla
guardada a un costado
del tintero. Y si no es arenilla ni zafiro
eso que sale de mí, con pinzas,
como quien quita una piedra, airecito,
puro airecito guardado
para no respirar,
sangre y arena
en mi centro exacto,
late, molesta,
astilla de qué,
más tangible que lo que no se olvida
o se tiene.
Y si es dicha lo que he guardado,
el aire que no pudo salir
duele
en el sitio
del esternón, si es dicha pura
encerrada,
oh pedazo de mí, oh mitad apartada de mí,
si eso es lo que se quita, por fin
para que ría,
qué alivio tendrá la dicha afuera,
qué fácil oler los tilos,
descostillarse, dejar secar la tinta.
(Fuente: El poeta ocasional)
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