domingo, 21 de febrero de 2021

RODOLFO HÄSLER (1958, Santiago de Cuba, Cuba. Reside desde niño en Barcelona, España)

 

 

Visión del Pastroudis     


A Manuel Forcano, en Alejandría 


No queda apenas nada dulce sobre la mesa 
o multiplicado en el vacío de los espejos, 
la atención del camarero es todavía más oscura 
de lo que la realidad puede tolerar, 
pasan las horas y nada se mueve en el establecimiento, 
sólo en la terraza se vuelve insoportable el color azul 
y la aspereza del salitre se propone perderte. 
Mastica la carroña que tanto te nutre 
y que un viejo arrincona en la esquina del inmueble.
Todo por el precio de un pensamiento.
El evangelio de la misericordia está en tus manos
para poder encarar tanta ruina, el cambio de nombre
de las calles, el letrero que ennegrece un alfa y un omega
y una dirección donde apenas se ve.
No queda nada azucarado sobre el velador,
derrotado presente que huye en la distancia,
no busques nada, no observes, no intrigues más,
arriba se balancea el recuerdo, el cuerpo desolado
que baja en una nube. Su sombra te está esperando.
 
 



Devastación del hotel Packard


para Soleida Ríos


Las coordenadas marcan un punto
sobre un mapamundi arrugado,
hay que insistir, dice el que siempre recuerda,
hay que golpear el picaporte, pasar
el umbral de la ciudad difunta,
lo que el descuido arrasó
va y se convierte en adorno,
una construcción inclinada
que conserva su color amarillo,
la palabra inquietud no es suficiente
y resbala por el lomo de un libro
del poeta remendón
Lorenzo García Vega: Devastación del hotel San Luis,
una babosa  se acurruca en su textilandia
para contar lo inesperado,
pero nunca aceptarías, por eso te vas,

te agota tanta promiscuidad,
es posible trepar a un gran árbol
y chapurrear la lengua de un pájaro,
el hotel es hambre y devastación
donde escupir la esponja de la sed,
tontear frente al hocico del lobo,
lengua de lobo, la lengua feroz
encerrada en una cajita,
en una gaveta de escritorio
en mi habitación del hotel Packard,
pero no conviene forzar la voz,
sobran palabras,
balbucear, silencio,
bienvenido seas
a cualquier lugar.





Fuente: Isliada
 
 
(Fuente: El poeta ocasional)

 

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