El ignorante
Cuanto más envejezco, más crezco en ignorancia,
cuanto más he vivido, menos poseo y menos reino.
Todo lo que tengo es un espacio por momentos
nevado o brillante, pero jamás habitado.
¿Dónde está el mecenas, el guía, el guardián?
Me quedo en mi habitación y ante todo me callo
(el silencio viene como un sirviente a poner un poco de orden),
y espero que una a una las mentiras se aparten:
¿Qué queda? ¿Qué le queda al que se está muriendo
que tanto le impide morir? ¿Qué fuerza
le permite todavía hablar entre sus cuatro paredes?
¿Podría yo saberlo, yo, el ignorante y el inquieto?
Pero oigo verdaderamente que habla, y su palabra
penetra con el día, aún bastante imprecisa:
“Como el fuego, el amor no establece su claridad
sino sobre el error y la belleza de bosques en cenizas…”
–
L’ignorant
Plus je vieillis et plus je croîs en ignorance,
plus j’ai vécu, moins je possède et moins je règne.
Tout ce que j’ai, c’est un espace tour à tour
enneigé ou brillant, mais jamais habité.
Où est le donateur, le guide, le gardien ?
Je me tiens dans ma chambre et d’abord je me tais
(le silence entre en serviteur mettre un peu d’ordre),
et j’attends qu’un à un les mensonges s’écartent :
que reste-t-il ? que reste-t-il à ce mourant
qui l’empêche si bien de mourir ? Quelle force
le fait encor parler entre ses quatre murs ?
Pourrais-je le savoir, moi l’ignare et l’inquiet ?
Mais je l’entends vraiment qui parle, et sa parole
pénètre avec le jour, encore que bien vague :
« Comme le feu, l’amour n’établit sa clarté
que sur la faute et la beauté des bois en cendres… »
–
–
Extraído de Philippe Jaccottet, L’Ignorant, Gallimard, 1957 | Traducción de Cristian Ton | Buenos Aires Poetry, 2021.
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