Los maniquíes son sinuosexuales
Los maniquíes son sinuosexuales
nunca ellos mismos ni igualmente otros
Los maniquíes son, no más, algotros
Cosa: ni vegetales ni animales.
En las vitrinas de las principales
calles del mundo viven de nosotros
mueren, si no los vemos, de nosotros
y al mirarlos ya somos sus vestales
y ellos las nuestras. Basta una mirada
que se tenga a sí misma por objeto
y se sirva del otro de sujeto
para que en esa escena entre la nada
haciendo del sujeto y del objeto
la misma vaina no identificada.
Paco, opa, copan, tango, paquito
Paco, opa, copan, tango, paquito
hay que bancarse aquí lo de tu muerte
y te la pintan de distinta suerte
-Viíz (z) te loco, los niños del distrito.
Buenos Aires y Malos, sos el grito
de coraje y terror que te convierte
pólvora y polvo en plomo de la muerte
en un poeta de la acción, maldito.
Dicen que estabas demasiado raro
cuando por un descuido voluntario
o casi, te quitaron el laburo
de vivir, que pagaste mío caro
un precio inmenso, absurdo, extraordinario
por hacerte el pesado, el muerto, el duro.
Mascaró, n° 5, Buenos Aires, mayo de 1986
Nota: Estos dos poemas de Enrique Lihn fueron publicados como inéditos
hasta entonces, junto con poemas éditos y una breve entrevista firmada
por Luis Eduardo Alonso
Envío de Eduardo Ainbinder
(Fuente: Campo de maniobras)
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