HABRÍA ESCRITO…
Habría escrito un poema diferente,
pero, al detenerme un momento en mi jardín sin desbrozar,
sentí, súbitamente, el paraíso descendiendo en el sol de la mañana
filtrado entre las hojas,
iluminando el suelo exiguo de Londres, tocando con verde
transparencia las células de la vida.
El mirlo bajó de un brinco, vinieron el gorrión y el petirrojo,
y el tordo, cuyo nido, a buen seguro, está oculto
en algún sitio, entre edificios invasores
de muros que asedian,
mas para los pájaros de ciudad inagotables aguas vivas
colman una taza de piedra desde un caño de jardín.
Me digo que pronto será hora
de volver a la casa, al quehacer diario,
pero aquí el tiempo ni viene ni se va.
No se apresuran los pájaros, su día
ni comienza ni termina.
¿Qué me impide quedarme? Por qué dejar
este estado, donde siempre se es,
y sólo el tiempo nos desprende
de este sencillo lugar oculto, siempre presente.
I HAD MEANT TO WRITE…
I had meant to write a different poem,
But, pausing for a moment in my unweeded garden,
Noticed, all at once, paradise descending in the morning sun
Filtered through leaves,
Enlightening the meagre London ground, touching with green
Transparency the cells of life.
The blackbird hopped down, robin and sparrow came,
And the thrush, whose nest is hidden
Somewhere, it must be, among invading buildings
Whose walls close in,
But for the garden birds inexhaustible living waters
Fill a stone basin from a garden hose.
I think, it will soon be time
To return to the house, to the day’s occupation,
But here, time neither comes nor goes.
The birds do not hurry away, their day
Neither begins nor ends.
Why can I not stay? Why leave
Here, where it is always,
And time leads only away
From this hidden ever-present simple place.
(De The Presence (1987), p. 285)
(Fuente: Ada lírica)
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