domingo, 21 de febrero de 2021

Beatriz Russo (Madrid, España, 1971)

 

 


La sal conserva su memoria intacta. Siempre se hacen dioses con la palabra y se colocan sobre la cúspide como se coronan los tejados con la última piedra. Somos descendientes de la orfandad. Nuestro padre fue el primero de una estirpe de vates impuestos por desorientación. A algunos les cae la fe del cielo, como el azar fisiológico de una paloma logra atinar estratégicamente en la coronilla de un jubilado. Los que llevan paraguas crean soldados con sus manos, modelando sangre y arena para después hacer lanzas con el barro que les sobra. Difícil ministerio el de la orfandad. Caminar por este entramado de juicios y de rutas sin alguien que nos lleve de la mano, escuchando este ruido de tambores en el percutir de los días, sabiendo que cuando nos llegue la noche con todo su frío nos ahogaremos descalzos en el mismo mar indiferente.

 

de La llama inversa

 

 

(Fuente: Ada lírica)

 

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