El sol de la ceguera (7 poemas)
La casa estuvo llena de luz
la oscuridad cayó en ella un día
vago por habitaciones
sólo llenas de memorias
añoro el toque
la tibieza
everything is just a rift mi cáliz está
roto
...
Canción desde la infancia
Ahí están la tinta
la vela muerta
el fantasma de nariz de gancho la arandela perdida
los libros sin Oriente
la sábana en el suelo
ahí están
y sigo jugando a la rueda rueda a la rueda rueda a la rueda rueda
…
Llevo islas dentro
antiguas y nuevas
en remanso
atendiendo fragores
y desencuentros
Unas remotas desde siempre de donde parten búsquedas y se celebran hallazgos
Otras eximidas
del terciopelo rojo de los auspicios lechos para el fracaso agotado y el abrazo incorrecto
Islas inamovibles
para triunfo invisible del retorno del largo viaje de mis destierros
…
Asoma la baraja que quizás te lleve no deseo ese azar disfrazado de razón
la orfandad es una camisa
que no se puede desvestir
entrará en casa
sorpresiva e incolora
robará historias y constelaciones decantará los porqués
será amada en su crueldad correcta
…
Cuando regresé vi a una ciudad de guerra una guerra que resultó mía
que no me fue prestada
ni proyectada en horizontes televisivos
una que tampoco vi asomada a través de la ventana en alguna latitud distante
llegamos a esta capital llenos del fracaso de los souvenirs quedamos paralizados frente a los armarios sorprendidos por la futilidad del gesto de guardar
el retorno fue malévolo
las guerras propias revelan después de matar
quiero invertir el orden de los elementos
para obliterar el pasado
y sepultar los vestigios de la muerte
porque esta guerra no apela a la razón
no compele al abandono
en ella sólo creo en la evidencia
de lo que estremece a mi médula nerviosa y puedo discurrir extensamente al respecto sin que me pese el tiempo
sin que me beneficie ninguna duda
de que esta guerra es mía
…
Llevo un parásito dentro
abarca todo mi cuerpo
domina el destino que siguen mis pies
es molesto y acostumbrado
su presencia adictiva
querida e intolerable
soy su huésped y anfitriona
es el país
que me habita
…
El hueco negro de tu iris la pasión de la retina
el orificio de mi iris
el reposo de los ecos
la mano que no te alcanza y pierde
(Fuente: La parada poética)
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