domingo, 20 de diciembre de 2020

Ana Ilce Gómez (Masaya, Nicaragua, 1944-2017)

 

 

La que escribe no soy yo, sino la otra
Esa que viene del pasado,
Asediada y urdida
Por sus fieles demonios
Y sus lívidos ángeles.
No soy yo
Sino ella la que canta…
Ella la que dicta la palabra y deshiela
Los símbolos
La que gira en la rueca y desmenuza el hilo.
Ella contiene las palabras
Yo cumplo su destino.




La muerte no es una mujer
Con el cráneo pelado
Y un corva guadaña
Entre las manos.
La muerte es un hombre que galopa
Entre las noches que columpia el insomnio.
Es un varón disfrazado de oscura damisela.
Tiene unas rosas en las manos
Y un cordel para colmar el cuello.
Alguien un día dibujó a la muerte
Con rostro de doncella. Para ella es él,
Pálido, abyecto,
Que en las noches se llega hasta mi sueño
Y como un perro fiel
Me hace aspirar su aliento de témpano
Y misterio
Y con fría insistencia se me acerca
Y me lame los pies.




¿Por qué a través de los años persisten 
los nombres de Ovidio
o de Virgilio?
qué hicieron ellos
qué dejaron ellos
o qué corona tenían
para que el tiempo
con tal generosidad
los perdonara, mientras que yo
que apenas
acabo de nacer
estoy muriendo?





SER O NO SER

Vivir.
Ser o no ser no es el problema
sino planchar la ropa
atizar el fogón
escribir unos tiernos y antiguos poemas
mirarse en el espejo el otro rostro del rostro
descubrirse lobo triste por las noches
por las mañanas mujer cuerda.

Ser ejemplar y sobria y verbigracia
Mantener todo en orden más te vale
Disponer todo a tiempo Dios te asista
Ser o no ser no es el problema
sino tener el alma lista
para amargos si acaso o si hubieras.

Y una vez más enfrentarse al mande usté
como usté guste
pulir el piso espejo
lavar la ropa nieve
secar la loza estirpe
disimulando mugres y maneras.

Pero a pesar de todo
amar la telaraña vida
la hambruna vida tuya y de los otros
insultarla si quieres
abrazarla si quieres o si puedes.

Ser o no ser no es el problema
sino ese perdón barato que te entregan.

Y al final de la tarde
has ensayado todo te reprimen
has cumplido el deber no eres tan buena
tu cabeza da vueltas tiovivo
resaca de la piel, costra de olvido.
Esgrime tus cuchillos argumento
empuña tus espadas yo no quiero
atrévete de una vez sueña tu sueño
entra en la escena mundo
como quien entra a la sala de partos
de la vida por primera y alegrísima vez.
Plántate y rebelándote, revélate.

Ser o no ser no es el problema.




No somos más la generación privilegiada,
deslumbrada por sus luchas y sus himnos…
Nada de aquella grandeza ha perdurado.
Nuestro tiempo pródigo se ha contraído.
Nuestros sueños no fueron soñados. Todo se ha consumado
y sin embargo a pesar de las malezas
que abatió nuestros símbolos
tengo aún la certeza de que todo no se ha perdido.






 
 
(Fuente: Emma Gunst)

 

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