lunes, 21 de diciembre de 2020

Carlos Morales del Coso (España, 1959)

 

 

«El cuadro»

 

Jock Sturges.

N
adie sabe qué acontece en esa casa del final de la calle,
Donde nadie enciende las luces ni limpia de maleza los viejos rosales que antaño resplandecían,
Ni siquiera los borrachos se aventuran a buscar cobijo en sus habitaciones cuando el frío se abalanza sobre sus gabanes sucios.
Sólo los gatos se atreven a seguir el rastro de los pajarillos
que sus dientes acarician al atardecer, como si los besaran,
o cuando los viejos vienen -dicen- a ocupar su sitio entre los muertos que no saben entrar en la alacena.
Más yo sé que no siempre fuera así.
Cuando uno se adentra por sus pasillos oscuros
y logra llegar a la habitación de los ventanales blancos,
todavía se escucha el rumor del agua que manaba de las viejas fuentes, y aún puede contemplarse la mancha que dejara en la pared aquel enorme cuadro
en el que unas muchachas de espaldas fibrosas y ondulantes
se bañan aún y cantan en el río.
A veces escucho el son de sus pulseras y sus risas de seda
y me acerco a contemplar cómo peinan sus brillantes cabelleras con los dedos, 
y de pronto las veo lanzarse hacia los cielos hasta caer como arpones
y entrar afiladas con sus manos en las frescas corrientes del atardecer 
para buscar el cieno las canciones perdidas de mi juventud y sus trompetas.
Entonces, tomo los últimos pinceles que llevo en los bolsillos 
de mi gabán podrido y me acerco cuanto puedo al marco de ese cuadro
y desde allí mis dedos temblorosos pintan a un viejo borracho oculto entre los juncos, 




(Fuente: Poesía de El Toro de Barro)
 


 

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