lunes, 22 de marzo de 2021

Jules Renard (Francia, 1864 - 1910)

 

 

18 DE JUNIO DE 1900

 

... El horizonte se encoge. Los prados verdes, de un verde bilioso que hace daño a los ojos y al corazón. Tranquilidad al crepúsculo, e incluso jirones de azul.
Se ven algunos que acuden a la llamada de la tormenta, atraídas a su centro.
Allá abajo se libra la batalla.
Una región relativamente tranquila, donde se agrupan tropas frescas de nubes.
Ni una gota de lluvia sobre mi cabeza; a cierta distancia, árboles ahogados por la lluvia.
Es el cuerpo a cuerpo. Lo anuncia un cañonazo. Bramar de granizo.
Fondos rojos, cóleras azules, rabias amarillas, y este continuo guiñar los ojos.
Un combate de nubes, algunas vuelven como heridas, vacías.
Las pequeñas escapan, luego regresan. De otro confín acude un ejército de lluvia, numeroso y denso.
Y todo es tan impresionante que el cuaderno se cierra sobre el lápiz.
Al anochecer, las nubes volvieron de la batalla, cojeando, desangrándose, las unas a toda prisa, las otras apenas arrastrándose.
Allí, en el horizonte, el sol daba vueltas como una rueda de carro perdida, sobre el agua ensangrentada.
La orilla desborda, y los bueyes, inquietos, atraviesan el mar.
 
 
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en "Diario 1887-1910", Penguin Random House, Barcelona, 2009, pp. 166-167. Trad. de Ignacio Vidal Folch.
 
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

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