miércoles, 24 de marzo de 2021

Florencia Piedrabuena (El Talar, Pacheco, Buenos Aires, 1989)

 

 

DESARME

El primer día iba a matarte por proliferación de miradas hacia las paredes del bar.
El segundo día iba a abandonarte después del sexo.
El tercer día iba a competir con palabras, pegarte con la lengua y su saliva.
El cuarto día iba a partirte y esclavizarte.
El quinto día, cuando ya no me quedaban balas,
iba a envenenarte
besándote.
El sexto día decidí que no me bancaba la incertidumbre 
y fui a abrirte la cabeza para meterte dudas
y una bomba de tiempo. 
No estalló. 

El séptimo día iba a decirte que no.
El octavo ya no puedo.
Soy otra.
En mi afán por mostrarte que puedo destruirlo todo
rompí conmigo,
y me desarmé.
es decir,
soy mis pedazos
y también
me quedé sin armas
pero también
me quedé con vos. 
 
 



LEGÍTIMA DEFENSA
 
every man I knew went to bed with Gilda
 and woke up with me
 -Rita Hayworth
                                                                            
tener en el cajón
de los forros
al lado, un cuchillo
filoso, pequeño, maleable
por si a mi amante se le ocurre
algo que yo no quiera
y aprender a cortar
que es lo que más me cuesta
no fui hecha para amar entre puñales
no deseo encarnar la pesadilla
prefiero la blancura de las lunas en mis sábanas
en mi imaginación, mi cama es el mar
y yo soy una sirena mitológica
siempre soñé cantar melodías más dulces
para que puedas naufragar en mí
quiero olvidar que guardo un arma entre mis cosas
pero mis uñas no me dejan tranquila
si ellos piensan que sólo están para pintarlas de colores
un cuchillo
si ellos creen que yo no diré nada
un cuchillo
si ellos osan eclipsar los astros de mis noches
un cuchillo
y prepararme en la modestia del alba para el amor
y la guerrilla
si guardo un cuchillo cerca no duermo sola
el color metálico invoca a la legión fantasma
de mis hermanas muertas con todo su brillo
desear como sirena es metáfora
transformarme en femme fatale es un imperativo
 
 



LINAJE MATERNO

¿me vas a buscar
una hojita de laurel?
en el fondo
había un árbol
de ramas en copa
llenas de hojas de laurel
y yo iba
y buscaba una
que estuviera sana,
limpia

mi mamá no siempre me pidió cosas:
después de la salsa que hacía los domingos
me contaba la vida de freddie mercury
y se las ingeniaba para siempre explicarme
qué significaba dictadura

a la noche me leía a quiroga
o me avisaba que ya era hora de ver
alguno de esos clásicos de terror
el exorcista
el bebé de rosemary
el hombre elefante
hoy la llamé, le conté que estaba cocinando

todo lo bueno de su parte
lo recuperé con el tiempo
en la militancia
en abrir los ojos
frente al terror
también
en los guisos con hojas de laurel
está mi madre
enseñando




EL POEMA LEGAL  

nadie me enseñó ni me trajo ni me dijo
los derechos no se piden por favor
estar en carne viva es un azar de los esclavos
en la montaña en el desierto en la pampa húmeda
germinarás como una planta en un invernadero
serás la vaca inseminada camino al matadero
te comerán entre varios a punta de facón
y seremos el olor pestilente que emanan los frigoríficos
del conurbano en que crecí, por ejemplo, donde cada tanto
se mezcla la sangre de la faena con la de un río
o un arroyo que da a una casa precaria
al lado de un barrio cerrado y siniestro con su lago artificial
también ensangrentado por el silencio de todos
en estas tierras el agua de riego baja envenenada
y se hace tormenta
no somos la metáfora de la tierra fértil donde pastan
las vacas gordas
reclamo que se me escriba como persona
y me quiten el sello de objeto literario nacional
exijo que esta toma de la palabra
de comienzo a nuestros libros de personas libres
dejar asentado en este hemisferio sur
que no seremos la cautiva
sino el malón
de la rabia organizada contra el sujeto que nos
pinta a caballo de un hombre cualquiera
y nos intercambia por el símbolo inquisidor de la cruz
cada historia tiene un cuerpo
luchando por emanciparse
hoy es nuestra hora,
indiada,
vamos a tomar la palabra que se oiga
sino, que arda
por la liberación de nuestros cuerpos
que los derechos no se piden, se arrancan
con la fuerza de esta consigna,
sino, que arda
y recordemos siempre
los nombres que sostienen el genocidio
hasta que caiga
dejar asentado en este hemisferio sur
que no somos la cautiva
sino un malón
gritando el poema legal
en la montaña en el desierto en la pampa húmeda
que somos el malón y también la lanza.




 (Fuente: Emma Gunst)

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