jueves, 31 de agosto de 2023

Santiago Espel (Buenos Aires, 1960)

 

 

UN SONETO RENGO CANTA LOS VÍTORES DE UNA JORNADA PATRIA
 

Terminado el discurso de la directora, y cantado el himno,
la patria retoma sus quehaceres. Blanco y deshilachado, en fila,
el alumnado vuelve a las aulas. Las galeras y peinetas, al ropero.
Los comedores escolares repartirán codazos; y picarán viandas.
 
Alguien morirá hoy sin saber por qué; otro ganará la lotería.
Por la tarde habrá anuncios económicos importantes; y alivio.
Se dirá que estas cosas pasan en todo el mundo; y no sólo acá.
 
En una esquina rosada alguien escribe versos en un cuaderno
San Martín. Frente a otra casa rosada, una mano suma sextinas
sobre un gaucho desertor. También habrá prosa sobre barbarie.
En direcciones distintas, escriben la patria. La patria escindida.
 
Alguien dirá que la patria está por encima de todo; y recibirá
aplausos. Y que la herencia era muy pesada. Vacío, el patio de
la escuela ensaya el guion de la próxima comedia: alguien barre.
 
 
*

TRES CRIOLLOS DISTRAEN PENURIAS BAJO EL CEIBO DE UNA PLAZA
 

Bajo el sol de la siesta, sol de chicharras, juegan al truco gallo.
Un carenciado, un enfermo y un desocupado. Mienten a voces,
porque lo manda el juego, y porque quieren. El mazo de cartas
se percude en los dedos; el eco de las señas rebota en la fuente
seca. Dos tres palomas anidan en el fresno y cagan desde arriba.
 
No dicen más que la baraja y la tormenta de Santa Rosa; el mate
va lavado de boca en boca, y las galletas bajan gorriones y loros.
Una de las manos, cualquiera, revolea el ancho de espadas.
En las camisas, tienen escarapelas; prendas de una fiesta patria.
 
Nadie los olvida, porque para olvidar hay que haber mirado;
pero ellos sí miran: los dos tres porotos del truco, el lumilagro.
 
 
 
En Esto que a secas llamamos patria  (la carta de Oliver, 2023)
 
(Fuente: César Cantoni)

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