NO HAY NADA COMO VERTE SALTAR DESDE UN NOVENO PISO
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No hay nada como verte saltar desde un noveno piso
las extravagantes figuras que vas armando en el aire
como novia enamorada
a merced del viento;
ver tus desesperados aleteos
de gallina desplumada
y el modo en que el mundo se detiene
volviendo elástico el instante:
un fragmento de eternidad
que cambiaste por toda una muerte
¿Y si te dijera que volarás por siempre?
¿Qué te has vuelto pájaro en la caída?
No hay nada como verte saltar desde un noveno piso
tus piernas desperdigadas
la mueca de espanto que se adivina en tu boca
y el golpe que se anuncia
como una música de huesos que se levantan
una elaborada afinación de instrumentos discordantes
en el oído absoluto de la tarde:
estallarás contra esa vereda, mi amor
frente a los ojos atónitos de los transeúntes
tan despampanante será tu muerte
que les dará espanto mirarte
y habrá tanta belleza ahí
tanta rojedad, tanta blancura que enceguece
que se taparán los ojos
y gritarán de espanto
como niños que retornan
al vientre de su madre.
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