martes, 21 de noviembre de 2023

David Rosenmann-Taub (Santiago de Chile, 1927-2023)

 

dos poemas













 

Creación


Víscera, fruto vagando en la niebla,
entre mil soles vagando en la niebla,
víscera, fruto vagando sin tiempo,
entrevenoso, ascendiendo insolado,
cántico, bosque de astros, estepa,
¿de qué región tropezando, cayendo?
Bloque de semen, radiante, aguerrido,
¿por qué designio vienes a ser mío?

Cuando el ovario amoroso te ansiaba,
cuando el rosal de la carne te ansiaba,
¿cómo saltaste el no ser de tu espacio
para mezclarte al sudor, al deseo,
al tifón térreo, al jadeo, a la fragua?.
¿cómo rompiste la malla sin días?,
¿cómo te hundiste en el mar del abrazo?
Golpe de ascua, relámpago vivo,
¿por qué designio vienes a ser mío?

En la vertiente crucial derramado,
cima triunfante, temblor derramado,
brote sagrado, bastión, red sufriente,
vasto aletazo: te sé poderoso
como la dicha del surco más grávido,
como cascada en la piedra sedienta.
Limo fragante: despunta, no ceses.
Colma mis huesos, enjambre, racimo.
Crece en lo amado para ser mi hijo.


Alumbramiento



Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
abre las alas: suma claridad
rodea la granada.

Asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas;
manantial esperado, entrega el ronco
bramido: ciega lanza.

Oh bendita placenta nacarada.
Oh tempestuosa calma asiendo calma.
Oh hijo, desarraiga,
asoma, despiadado y escarlata.

Mármol, mármol que mana.
Piernas sangrientas: oh bullente escala.
Sube, hijo mío, hasta
que subida no haya.

Aviva, aviva, rasga
la telaraña, rasga;
hijo mío, raudal,
vendaval, trepa, asalta.

El cielo anhela contemplarte:
contempla el cielo cara a cara:
eres el día abriéndose en torrentes:
¡espuma!, ¡roca!, ¡jarcia!

Junta la herida con la herida,
junta la noche con el alba.
Hijo tendido hacia lo alto:
junta el pañal con la mortaja.

Oh jarcia, oh roca: arriba;
más arriba, campana;
más arriba, más arriba,
vendaval, trepa, asalta.

Quiero que encuentres a mi padre
como en encuentro de montañas:
el cielo anhela contemplarte:
contempla el cielo cara a cara.

Amado cuerpo de cansancio,
dolor amado, siembra amada,
funde en tus brazos a los que se han ido,
junta la noche con el alba.

Junta la herida con la herida,
junta mi carne con tu alma,
junta la herida con la herida,
contempla el cielo cara a cara.

Aviva, aviva, rasga
la telaraña, rasga;
hijo mío, raudal,
vendaval, trepa, asalta.

Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas.

Abre las alas: suma claridad
rodea la granada.
Manantial esperado, entrega el ronco
bramido: ciega lanza.

Oh bendita placenta nacarada.
Oh tempestuosa calma asiendo calma.
Mármol, mármol que mana.
Piernas sangrientas: oh bullente escala.

Oh hijo, desarraiga,
asoma, despiadado y escarlata.
Sube, hijo mío, hasta
que subida no haya.

Manantial esperado, sube, sube,
abre las alas, sube, abre las alas,
asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas.

Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
abre las alas: suma claridad
rodea la granada.

***

Proyecto Patrimonio
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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