sábado, 4 de noviembre de 2023

Daniel Durand (Entre Ríos, 1964)

 


UN ESTRUENDO

 

Un estruendo
salí a ver qué era
nada
una hora después
descubrí la tabla de picar
caída sobre la cocina
una taza rota
la tabla de picar estaba quieta
los fragmentos de la taza también estaban
completamente quietos.
Cuando la tabal de cortar colgaba en la pared
la taza estaba debajo
las dos también completamente quietas.
...............
 

 

MOZA

 

Ella nunca se cambia de vestido
noto que es hermoso, está sucio
y pertenece a su prima.
Los pobres no tienen ropa para cambiarse.
Noto la tienda en la que está, nuestra diferencia de clases,
motas de polvo sexual, irracionales, se mueven entre nosotros.
La necesidad de estar desnudo es más simple que disfrazarse.
Un atuendo fino, probablemente,
es mucho más vergonzoso que un cuerpo.
"Señorita, su pobreza
es una riqueza de vacíos.
Su vacío es muy real y su cara es más hemosa
por contraste con la grasa".
Su juventud pasó un año entero acomodando las sillas y mesas.
...............
 
 
 

LA GENTE DE LA MONTAÑA

 

Cuando era niño, le preguntó a su padre
"Qué hay más allá de la montaña?"
El padre le dice "montañas"
"Y más allá de eso?"
"Montañas, más montañas"
Él no responde, mira a lo lejos
es la primera vez que las montañas lo cansan tanto
que piensa: no podré salir de estas montañas en esta vida.
Hay un mar, pero tan lejos,
solo vivirá unas pocas decenas de años.
Entonces, antes de que pueda llegar allí
morirá en el camino,
morir en las montañas.
Siente que debería llevar a su esposa con él.
La esposa podrá darle un hijo.
Cuando él muera
su hijo será adulto.
El hijo también tendrá una esposa.
El hijo también tendrá un hijo.
El hijo del hijo también tendrá una esposa.
Deja de pensar en eso,
los hijos también lo cansan,
solo se lamenta
que sus antepasados nunca pensaron como él,
si lo hubiesen hecho, él sería el que viese el mar.
....................
 
 

SUPERACIÓN DE LA SOLEDAD 

 

Mi perro estaba encerrado en casa .
Los vecinos de enfrente también tenían uno
encerrado en su casa.
Los dos perros se ladraban a través de dos puertas.
Se podían escuchar, y a veces se encontraban en el pasillo.
Eran perro y perra pero no se aparearon.
Todos sabemos que a los perros les gusta revolcarse juntos,
pero estos dos no eran amigos,
se podría decir que la hostilidad era
más fuerte que la amistad,
mucho mejor para superar la soledad.
Esto terminó cuando el perro de ellos se murió,
pero mi perro igual le seguía ladrando,
un enemigo imaginario es mejor que uno real
para superar la soledad.
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del libro LUPA DE LA INMERSIÓN. Editorial Caleta Olivia

 

(Fuente: Marcos Herrera) 

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