EQUIPAJE
EQUIPAJE
"Si te quedas aquí
no serás casada,
ni viuda, ni soltera".
Eso dijo su padre.
Mi madre
(costurera de sueños
de risa contagiosa),
se puso a remendar
lo triste
nublada de tristeza.
Y a cantar muy quedo
(siempre cantaba)
"non te embarques rianxeira
que te vas a marear",
mientras pensaba
que al mar también van
marineros
con los ojos vendados
para no ver la costa
cuando sueltan amarras.
Porque temía al mar
(y a los naufragios),
ancló su corazón
en la sortija de su mano
--tierra firme, cascanueces
laborioso, dos pichones
en la fronda
de su historia aldeana--,
y con un anillo de lluvia
en la mirada
aprontó
una maleta quebrada
para el viaje.
En el baúl irían
un atado de fotos,
su máquina de coser,
su ramito de boda
entre la ropa
y un juego de café
de porcelana.
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