lunes, 30 de mayo de 2022

Teófilo Cid (Temuco, 1914-Santiago de Chile, 1964)

 

tres poemas


 

Collage



Los pájaros bordean el ocaso
con su sombra abrigan el paisaje.
Pájaros de leche,
pájaros de rientes mordeduras
que salen de la aurora como besos aplastados por la noche.

Ellos saben que la sombra
los protege, los defiende, los encierra
en un huevo de esmeralda.
Incansables aletean
sobre el césped de virtud de las sonrisas
como júbilos filiales del hastío

Pájaros de enigmas en la piel
pájaros de labios como ojos
que desnudan a la sombra de su tedio

Los seres son más lentos que el cabello
se espacian se aíslan en sus rocas
y hay dedos que el amor aún no ha tejido,
cuerpos que se agravan al amar su libertad.

Mundo natal mundo de donde vienen
rincones infinitos a formar su horizonte,
vestidos como naipes en un sueño
de amor y libertad.

Todos los pájaros son sombras que vuelan
latidos de un mismo pulso
arrugas de una misma ondulación
Todos los pájaros son siempre las doce

Sus alas espejos destilan
y donde hay una imagen los cuerpos ya no duermen
los pájaros-espejos sorben la sed de los cuerpos
la sed que es un cielo avisado al desierto

Pero los hombres
tienen sed de pensar en las sombras
que vuelan

~
 

El amor y la razón


Las paredes
Que vierten los tubos negros
Encierran esta cláusula
Esta yerba de alambique
Sus ojos separados de la historia
Miran quemar los huesos
Las frutas
De las pestañas movedizas
De los hígados marítimos
Que sobre el cielo están
Como el paso de una cola.

Enciérrenme aquí estoy
Las luces faltan a mis brazos
Cuando muevo las escarchas
De las últimas condicionalidades
Y creo este apetito
Este liquen que no hiere los objetos.

Los mares forman este fondo
Esta farmacia donde los hombres entran
Este éxtasis extra
La penetración rehúsa el gesto
Los ojos son la única cabida
El único tiro al blanco
El manjar más ávido
Una aurora que cae al yeso
Como un ojo.

Este amor que va a la lucha
Como quien responde al grito
Te sirvo te sostengo
Te doy este amor sin gusto
De una feria
Que sale.

~
 

El cuerpo fascinado

I

Los canales cerebrales
Que develan su almidón
Absorben una influencia inagotable
Como ricos de un terror imaginario

Poseídos por la férula de lámpara de mar
Los canales donde vagan sibilinas salamandras
Disueltas en un liquido concreto
Como rostros en olvido
Testimonios de jaeces olvidados
De enloquecidos números saltando las murallas
El silbido la pasión o la derrota

El paso de una cebra en el hastío
Motoriza los arroyos
Devuelve las imágenes al labio
Conduce sus pastores a un famoso mimetismo
Con el ángel de la dulce gelatina

En el cerebro de este líquido dormido
Donde pasan, tan desnudas como sábanas abiertas
Las miradas de los seres más alegres
Allí mismo yo he aprendido a divulgar la semejanza
Los ecos de unas lámparas glaciales
El conocimiento de una ebriedad completa

El brillo de una cebra
La química dorada de sus verdes cafetales
El rostro de una negra
En la apariencia que ondula hasta el exceso
El calor de un cuerpo
Pliegues fascinados
Puras jóvenes aladas
Dominan la paciencia del desierto

II

Si de cansar el rostro en una espera
Un sexo me separa de mí mismo
Si de salir no entro en el espacio
Me sirvo de mis propias costas ciegas
Para hacer un punto más en el abismo
Qué nube sin caudal dirijo ahora
Qué nube torturada por un célibe silencio
Me ata a lo que soy en la apariencia
Me inunda de controles
Me corta la mirada los alientos
Qué nube interesada por la boca
Me impide un loco salto hacia lo abierto

Acaso un solitario sol de naipe
Acaso un merecido sol de mierda
Acaso una sangría
Un bólido de gritos en el aire cabelludo
Todo eso puede ser lo que me ata
Al hombre y sus costumbre
 A esta luna pulmonar de sangre
A este mar que hilvana un grito en mi garganta

La soledad se extiende se convierte en pulso
Sus venas son los hombres
Yo digo que son mares sin veleros
Espejos sin ausencia
Donde hay un corazón cogido al vuelo

Las aves atraviesan el pelaje
Se fijan en los ojos como helechos
Son sombras de una pánica sonrisa
Las aves que transcurren como ondas
Como sienes
Como lenguas
Las aves son las siembras de una mano evaporada.

***

 

(Fuente: La comparecencia infinita)

 

 

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