LA ÚLTIMA MONEDA
para arrojar sus desperdicios
los mendigos eligen esas bocas
para besar
nada es tan puro
el hambre de la muerte
tiene una dentadura gigantesca
y sólo encuentra insectos en la oscuridad
pequeñas criaturas que arrojaron
la última moneda sin usar
nada es tan blando
debajo de la almohada
crece un nido de alambres
y el féretro del mundo
no deja de gritar que se tu hora se acerca
nada es seguro
cada vez que acaricio la tersura
de la verdad
mis dedos sangran
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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