jueves, 2 de noviembre de 2023

Dante Alighieri (Florencia, Italia, 1265 - Ravena, 1321)

 

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LECTURA DANTIS

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Infierno, Canto XX

Los magos que caminan con la cabeza al revés y el problema de la piedad en el infierno
Una frase enigmática de Virgilio
 
 
*
De nueva pena debo hacer versos
y dar materia al vigésimo canto
de la primera canción, de los hundidos.
 
Estaba ya dispuesto por entero
para mirar el descubierto fondo
que se bañaba de angustioso llanto:
 
y vi gente por aquel valle redondo
venir, callando y lagrimeando, al paso
que llevan las letanías en el mundo.
 
Cuando más hacia ellos bajé los ojos,
me admiré de que cada uno estaba vuelto
entre el mentón y el principio del pecho;
 
y hacia los riñones era llevado el rostro,
y hacia atrás caminar les convenía,
porque mirar delante les fue quitado.
 
Quizá, por fuerza, alguna vez de perlesía,
alguno se torciese todo de ese modo;
pero yo no vi, y no creo que suceda.
 
Si Dios te deja, lector, tomar el fruto
de tu lección, piensa por tu cuenta
cómo yo podría tener el rostro seco,
 
cuando nuestra imagen vi de cerca
tan torcida, que el llanto de los ojos
le bañaba las nalgas por la raya.
 
Verdad es que lloraba contra un escollo
de la dura roca, tanto que mi escolta
me dijo: "¿Eres uno de esos necios?
 
"Vive aquí la piedad porque está muerta:
¿quién más despiadado que aquel
al que el juicio de Dios poco comporta?
 
"Levanta la cabeza, y mira a quien
se le abrió, ante los ojos de Tebas, la tierra;
por él gritaban todos: '¿dónde caes
 
"Anfiarao, por qué dejas la guerra?' *
Y no dejó de rodar hacia la fosa,
hasta Minos, que a todos los agarra.
 
"Mira cómo hizo pecho de la espalda:
porque quiso mirar mucho adelante,
mira hacia atrás, y va retrocediendo.
 
"Mira a Tiresias, que mudó semblante **
cuando de macho a hembra devino,
cambiando los miembros totalmente;
 
"y después, abatir le fue preciso
dos serpientes unidas, con la vara,
para recuperar el pelo masculino.
 
"Aronta, que lo sigue pegado a la barriga, ***
en los montes de Luni, donde poda
el carrarés que mora a su resguardo,
 
"tuvo entre mármoles blancos la gruta
de su habitación; donde del mar
y las estrellas no se le impidió la vista.
 
"Y aquella que se cubre las tetas,
que tú no ves, con las trenzas sueltas,
y tiene, allá, toda la piel peluda,
 
"Manto fue, que buscó por muchas tierras, ****
y al fin se detuvo donde yo he nacido:
por eso un poco me place que me oiga.
 
"Después que su padre de la vida hubo salido,
y se volvió sierva la ciudad de Baco, *****
anduvo esta por el mundo un tiempo largo.
 
"En lo alto de la Italia bella yace un lago,
al pie del alpe que cierra la Alemania
sobre Tirol, y que se llama Benaco.
 
"En mil fuentes, creo, y más, se baña
entre Garda y Camónica, el Apenino
en el agua que dicho lago estanca.
 
"Lugar hay allá, en el medio, donde al trentino
pastor, y al de Brescia, y al veronés
bendeciría si hiciese ese camino.
 
"Está Pesquiera, hermoso y fuerte arnés,
para enfrentar a los de Bérgamo y Brescia,
donde la orilla en torno más desciende.
 
"Allí, adecuadamente, lo que se derrama,
que no cabe en el lecho del Benaco,
abajo forma ríos por las verdes llanuras.
 
"Tan pronto como el agua corre rápido,
no más Benaco, sino Mencio se llama
hasta Governo, donde cae al Po.
 
"No mucho es lo que corre, y da en el cieno
por el que ella se extiende y se empantana
y suele ser escasa en el verano.
 
"Por allí pasando, la virgen cruda
vio tierra en el medio del pantano,
sin cultivo y desnuda de habitantes.
 
"Allí, para huir del consorcio humano,
se quedó con sus siervos a hacer sus artes,
y vivió, y allí dejó su cuerpo vano.
 
"Luego los hombres en torno esparcidos,
se acogieron a aquel sitio, que era fuerte
por el pantano que lo rodea entero.
 
"Hicieron la ciudad sobre los huesos muertos;
y por aquella que eligió primero el sitio,
Mantua la llamaron, sin echarlo a suertes. ******
 
"Ya eran las gentes suyas numerosas
antes que la insensatez de Casalodi *******
recibiese engaño de Piamonte.
 
"Por lo que te aviso que si oyes
el origen de mi tierra de otro modo,
no cambie ninguna mentira la verdad."
 
Y yo: "Maestro, tus razonamientos
son tan ciertos y tanto ganan mi fe,
que otros me serían carbones apagados.
 
"Pero dime, en la gente que viene,
si tú no ves alguno digno de nota:
que solo a eso se volverá mi mente."
 
Entonces dijo: "Aquel que desde el carrillo
la barba tiende sobre la espalda oscura,
fue, cuando Grecia quedó vacía de varones,
 
"que apenas alguno había en las cunas,
augur, y dio la orden, con Calcas,
en Aulide de cortar la primera amarra.
 
"Euripilo se llamó, y así lo canta
mi alta tragedia en cierto punto:
bien lo sabes tú, que la sabes toda.
 
"Ese otro, que en los flancos es tan poco,
Miguel Scotto fue, quien realmente ********
de los mágicos fraudes supo el juego.
 
"Mira a Guido Bonatti; mira a Asdente,
que estar atento al cuero y a la lezna
ahora querría, mas tarde se arrepiente.
 
"Mira a las tristes que dejaron la aguja,
la rueca y el huso, y se hicieron adivinas;
hicieron hechizos con hierbas y figuras.
 
"Pero ven ya; que alcanza el confín
de los dos hemisferios y toca la onda
bajo Sevilla, Caín con las espinas, *********
 
"y ya ayer a la noche fue luna llena:
bien recuérdala, que te aprovechó
alguna vez por la selva oscura."
 
Me hablaba; y andábamos en tanto.
 
 
 
Dante Alighieri, La Divina Comedia, LOM, Santiago de Chile, 2018
Traducción de Jorge Aulicino
 
* Otro de los siete reyes que sitiaron Tebas. Predijo que moriría en el lugar, y la tierra devoró su carro.
** Cuenta la conversión del mitológico Tiresias en mujer, luego de que golpeó con un palo a dos serpientes: debió encontrarlas de nuevo, tras siete años, y volver a golpearlas para recuperar su aspecto. Interrogado por Zeus acerca de quién siente más placer en el coito, dijo que diez veces más la mujer. Hera se enfadó y lo cegó. En compensación, Zeus le dio el don de la profecía. En el descenso de Odiseo al Hades, narrado en la Odisea, Tiresias es invocado por el héroe griego.
*** Antiguo adivino etrusco, predijo la guerra civil en la que César persiguió a Pompeyo, y la victoria de César (acorralado en Egipto, Pompeyo fue en realidad muerto por Ptolomeo, hermano de Cleopatra, quien quiso congraciarse con el César; cuando llegó, César le dio muerte: se supone que por haber puesto su mano sobre un romano).
**** De mantis (vidente): hija de Tiresias. Adivina como su padre, "cruda" (tanto desnuda como cruel) pues ejercía sus dotes bañándose con sangre. Movía a los muertos.
***** Se refiere a Tebas, consagrada al dios de las viñas.
******* Se solían echar suertes, o consultar las entrañas de las aves, cuando se fundaba una ciudad.
******* Piamonte de Bonacarsi. Engañó al duque de Mantua, lo hizo despedir a muchos de sus nobles y lo desplazó del trono.
******** Scotto, astrólogo en la corte del emperador Federico I antes de que naciera Dante, tal vez no merecía esta suerte: tradujo a Aristóteles y también obras del árabe. Pero Dante comulga con la Iglesia, que tenía a los astrólogos por magos. Con todo, el canto no oculta la simpatía de Virgilio, tal vez de Alighieri, por Manto, la hechicera sobre cuyos huesos se levantó la ciudad del poeta latino. A continuación, Virgilio nombrará a un adivino de Forli; enseguida, a un zapatero de Parma que se hizo astrólogo.
********* La Luna, pues se decía que sus sombras evocaban a Caín cargado de zarzas; ahora se inclina sobre el Occidente, significado por Sevilla, con lo que Virgilio quiere decir que la noche se acaba y hay que continuar.
 
Comentario aparte:
Además de su importancia ideológica -por qué están los magos en el infierno-, estética -comporta una parte insoslayable de la belleza trágica del Octavo Círculo y las formas plásticas que asume- el canto XX de "Infierno" es interesante por la discusión que promovió la críptica frase de Virgilio "Vive aquí la piedad porque está muerta" y por la extensa memoria que este le dedica a la hechicera Manto, que fundó la ciudad natal del poeta latino. Esto es que en medio de la impiedad que merecen los adivinos y los astrólogos, Virgilio se complace en recordar a su bruja fundadora. El catálogo de condenados que enumera Virgilio es asimismo de los más extensos del infierno, como si Dante quisiera remarcar que los repudiaba, pese a que los llora primero, y pese a que la astrología no le resultaba nada indiferente, como deja ver en otras partes del poema, especialmente en Paraíso donde discurre sobre la influencia de los planetas y le gusta decir que nació bajo Géminis. 
 
En cuanto al asunto de la piedad, Dante se horroriza y apena al ver estas almas literalmente contrahechas, y Virgilio lo reprende esta vez bastante fuerte ("¿eres de esos necios?"), para pronunciar a continuación una frase algo críptica: "Qui vive la pietà quand'è ben morta" (Aquí vive la piedad cuando está muerta). Algunos comentaristas incluyen esta frase en la interrogación indicada al final del tercero (en italiano, sólo existe el signo de cierre en las frases interrogativas) y entonces interpretan de este modo: ¿Cómo podría vivir, cómo podría sentirse piedad, donde ésta ha muerto? Sin embargo, la interpretación que más me cuadra personalmente es: Aquí, donde la piedad está muerta, lo piadoso es no tener piedad. Entre los traductores al castellano, Ángel Battistessa es del primer temperamento: "¿Cómo tener piedad si aquí ella ha muerto?". Ángel Crespo se inclina más bien por el segundo: "Mate aquí a la piedad el alma pía", en consonancia con otras traducciones, como la del Conde de Cheste y la más reciente de Martínez de Merlo, que optó por la literalidad, como lo hice en esta y anteriores versiones. Se explicaría tal punto de vista en el remate del terceto: ante un ser despiadado -esto es, carente de virtud católica- que sufre el castigo divino, sentir piedad es ir contra el juicio de Dios, y, por lo tanto, es ser impío.
Todo lo cual no le impedirá a Dante volver a sentirse piadoso en otros lugares del infierno, salvo cuando se trata de enemigos o gente que no le simpatizaba.
 
 
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Imagen: Ilustración de Carlos Alonso, publicada en la versión de Infierno de Gog y Magog, Buenos Aires, 2011
*
 
 

XX

Di nova pena mi conven far versi
e dar matera al ventesimo canto
de la prima canzon, ch’è d’i sommersi.
 
Io era già disposto tutto quanto
a riguardar ne lo scoperto fondo,
che si bagnava d’angoscioso pianto;
 
e vidi gente per lo vallon tondo
venir, tacendo e lagrimando, al passo
che fanno le letane in questo mondo.
 
Come ’l viso mi scese in lor più basso,
mirabilmente apparve esser travolto
ciascun tra ’l mento e ’l principio del casso,
 
ché da le reni era tornato ’l volto,
e in dietro venir li convenia,
perché ’l veder dinanzi era lor tolto.
 
Forse per forza già di parlasia
si travolse così alcun del tutto;
ma io nol vidi, né credo che sia.
 
Se Dio ti lasci, lettor, prender frutto
di tua lezione, or pensa per te stesso
com'io potea tener lo viso asciutto,
 
quando la nostra imagine di presso
vidi sì torta, che ’l pianto de li occhi
le natiche bagnava per lo fesso.
 
Certo io piangea, poggiato a un de’ rocchi
del duro scoglio, sì che la mia scorta
mi disse: "Ancor se' tu de li altri sciocchi?
 
Qui vive la pietà quand’è ben morta;
chi è più scellerato che colui
che al giudicio divin passion comporta?
 
Drizza la testa, drizza, e vedi a cui
s’aperse a li occhi d’i Teban la terra;
per ch’ei gridavan tutti: "Dove rui,
 
Anfïarao? perché lasci la guerra?".
E non restò di ruinare a valle
fino a Minòs che ciascheduno afferra.
 
Mira c' ha fatto petto de le spalle;
perché volse veder troppo davante,
di retro guarda e fa retroso calle.
 
Vedi Tiresia, che mutò sembiante
quando di maschio femmina divenne,
cangiandosi le membra tutte quante;
 
e prima, poi, ribatter li convenne
li duo serpenti avvolti, con la verga,
che rïavesse le maschili penne.
 
Aronta è quel ch’al ventre li s’atterga,
che ne’ monti di Luni, dove ronca
lo Carrarese che di sotto alberga,
 
ebbe tra ’ bianchi marmi la spelonca
per sua dimora; onde a guardar le stelle
e ’l mar non li era la veduta tronca.
 
E quella che ricuopre le mammelle,
che tu non vedi, con le trecce sciolte,
e ha di là ogne pilosa pelle,
 
Manto fu, che cercò per terre molte;
poscia si puose là dove nacqu’ io;
onde un poco mi piace che m’ascolte.
 
Poscia che ’l padre suo di vita uscìo
e venne serva la città di Baco,
questa gran tempo per lo mondo gio.
 
Suso in Italia bella giace un laco,
a piè de l’Alpe che serra Lamagna
sovra Tiralli, c’ ha nome Benaco.
 
Per mille fonti, credo, e più si bagna
tra Garda e Val Camonica e Pennino
de l’acqua che nel detto laco stagna.
 
Loco è nel mezzo là dove ’l trentino
pastore e quel di Brescia e ’l veronese
segnar poria, s’e’ fesse quel cammino.
 
Siede Peschiera, bello e forte arnese
da fronteggiar Bresciani e Bergamaschi,
ove la riva ’ntorno più discese.
 
Ivi convien che tutto quanto caschi
ciò che ’n grembo a Benaco star non può,
e fassi fiume giù per verdi paschi.
 
Tosto che l’acqua a correr mette co,
non più Benaco, ma Mencio si chiama
fino a Governol, dove cade in Po.
 
Non molto ha corso, ch’el trova una lama,
ne la qual si distende e la ’mpaluda;
e suol di state talor esser grama.
 
Quindi passando la vergine cruda
vide terra, nel mezzo del pantano,
sanza coltura e d’abitanti nuda.
 
Lì, per fuggire ogne consorzio umano,
ristette con suoi servi a far sue arti,
e visse, e vi lasciò suo corpo vano.
 
Li uomini poi che ’ntorno erano sparti
s’accolsero a quel loco, ch’era forte
per lo pantan ch’avea da tutte parti.
 
Fer la città sovra quell’ossa morte;
e per colei che ’l loco prima elesse,
Mantüa l’appellar sanz’altra sorte.
 
Già fuor le genti sue dentro più spesse,
prima che la mattia da Casalodi
da Pinamonte inganno ricevesse.
 
Però t’assenno che, se tu mai odi
originar la mia terra altrimenti,
la verità nulla menzogna frodi".
 
E io: "Maestro, i tuoi ragionamenti
mi son sì certi e prendon sì mia fede,
che li altri mi sarien carboni spenti.
 
Ma dimmi, de la gente che procede,
se tu ne vedi alcun degno di nota;
ché solo a ciò la mia mente rifiede".
 
Allor mi disse: "Quel che da la gota
porge la barba in su le spalle brune,
fu - quando Grecia fu di maschi vòta,
 
sì ch’a pena rimaser per le cune -
augure, e diede ’l punto con Calcanta
in Aulide a tagliar la prima fune.
 
Euripilo ebbe nome, e così ’l canta
l’alta mia tragedìa in alcun loco:
ben lo sai tu che la sai tutta quanta.
 
Quell’altro che ne’ fianchi è così poco,
Michele Scotto fu, che veramente
de le magiche frode seppe ’l gioco.
 
Vedi Guido Bonatti; vedi Asdente,
ch’avere inteso al cuoio e a lo spago
ora vorrebbe, ma tardi si pente.
 
Vedi le triste che lasciaron l’ago,
la spuola e ’l fuso, e fecersi ’ndivine;
fecer malie con erbe e con imago.
 
Ma vienne omai, ché già tiene ’l confine
d’amendue li emisperi e tocca l’onda
sotto Sobilia Caino e le spine;
 
e già iernotte fu la luna tonda:
ben ten de’ ricordar, ché non ti nocque
alcuna volta per la selva fonda".
 
Sì mi parlava, e andavamo introcque.
 
 
 
(Fuente: Jorge Aulicino)

 

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