Oh, amigo, no pensé que el silencio
Oh, amigo, no pensé que el silencio
es lo peor que nos dejaría la guerra.
Tanta quietud que los pensamientos
son como gritos o sollozos solitarios.
Acá la gente se arrastra rugiendo, retorciéndose,
y la sangre espuma en la tierra...
Hay tanto silencio que no vendrá
ni el campesino, ni el carpintero, tampoco el agricultor -
nadie, nunca, vendrá.
Tan silencioso todo, enmudecido,
que no es ni vida ni muerte
sino la peor condena.
Ni vida ni muerte -mudez, mudez-
desesperación que encogió la boca.
Los muertos se quieren vengar de lo vivo:
todos saben, todos recuerdan, y callan.
1940, Finlandia
Animales en Bruto, 5 de marzo de 1917
Versión de Natalia Litvinova
(Fuente: Otra iglesia es imposible)
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