viernes, 18 de junio de 2021

Amanda Berenguer (Montevideo, Uruguay, 1921 - 2010)

 

 

EL CUENTO

              

este frágil objeto que me alberga

acaso tenga una forma inquietante próxima

botánica:

¿"espada de San Jorge"

lidiando con un dragón de tinta?

¿árbol en el despegue

que arranca sus raíces de la entraña del vidrio?

¿géiser vegetal

surgido del hueco de la botella?

¿almácigo de la altura?

 

treparé por la planta de la habichuela

que cuentan/que crece y crece

y que ha crecido aquí dentro/entre mis cosas

y me asomaré/para saber si hay afuera

por el cuello incierto de la botella

 

 

 

COMUNICACIONES

              

Urge el pensamiento conectando

¿se siente? ¿alguien entre líneas?

¿errata? ¿paréntesis? ¿qué signo?

¿escuchan?

(La claridad del lenguaje

tiene apenas

la intensidad ambigua del poniente)

Estamos aquí, lanzados a la noche

terrestre, apretujados,

aquí, en la noche terrestre, aquí

en la noche terrestre.

De nuevo el hilo

el cable roto, el deslumbrante

cortocircuito.

¿No oyen? ¿No se oye?

Palabras mías, insensatas,

hechas de furor y de locura,

cuantiosa tesitura negra

a borbotones desbordándose

hacia dentro, hacia

el fondo

interpolado de rígidas luciérnagas.

 

Tiembla y destella, hace señales,

todas son huellas de la eternidad,

enumeradas y prolijas,

cuernos de caza, al mundo

aullidos de perros, está el desierto,

toques de peligro, inútilmente,

pasos cambiados, ¿dónde?

campanas para niebla, una piel fosforescente,

pedidos de auxilio, y envenenada,

sirenas de patrulleros, llamando,

gritos de alarma, solo, solo, solo,

bocinas de ambulancias, se hace tarde,

quiero saber si se hace tarde.

 

Un código de emergencia,

un vaso de agua, un hueso

para la inteligencia,

un alfabeto de clave radioactiva,

o telepática, o nuclear,

o una sustancia de amor

para esta extrema ubicación,

25 de abril de 1963, otoño,

en mi casa, hemisferio austral,

aparentemente a la deriva.

       

 

        

 

EL VIDRIO NEGRO (EL VIDRIO NEGRO)

              

el cono de la lámpara me pone a foco

más cerca

me veo y me ven

 

la imagen con fantasma ajustará sus círculos

y no sé si cubrirla ya con un paño de lágrimas

 

 

el recuadro de una silla enmarca la lluvia

sobre el vidrio negro

el árbol en lo oscuro

inclina del otro lado sobre mi hombro

su brillo cubierto de hilos

- la ventana es un ojo

un dragón de tinta-

esa torcaza colgada a mis espaldas

proyecta una espiral amarilla

y mostacillas de fósforo le queman las alas

- se repite-

la ventana es una célula encapuchada

una mirada fotográfica

un revólver

 

el cono de la lámpara me pone a foco

 

está sentada vestida de rojo escribiendo

mira de vez en cuando la ventana

la lluvia sobre el vidrio negro

le apuntan:

es un blanco perfecto.

 

***

 

(Fuente: La parada poética)



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