UN POEMA DE EL DESPERTADOR DE SÍSIFO
17:30 H.
Ensucio tu cuerpo lavado por el sol con estas manos de
trabajar y manosear cenizas,
ensucio tu piel de alondras dormidas,
resaca de olas dulces.
Llego a tu cuerpo y rompo la telaraña del placer,
la geometría del latido espejo,
la mirada dual,
el tejer de los dedos,
el idioma de las vértebras y la lengua.
Pero dime, ¿cómo se ama con el cuerpo del trabajo?,
¿cómo se prenden antorchas si no hay refugio para esta
lluvia de ruido y nunca escampa?
Ocho horas de ruido hacen costra,
ocho horas de ruido languidecen,
varadas en las playas del Trópico,
infectando los dedos y los viajes míticos de la saliva.
Pero ven,
abre caminos por mi cuerpo y límpiame las hojas de Excel
y su delirio ordenado en celdas,
déjame entran en la ducha de tu pelo, catarata detenida,
revienta la fábrica que me crece como la peste,
aletea en estas manos hambrientas,
sombrías de lunes a viernes, de 9 a 5:
yo prometo hacer lo mismo con tus escombros.
En: EL despertador de Sísifo
Lastura
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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