Lo que
llamamos
poesía,
sus elementos tribales
y su puñado
de huesos y huecos,
no es para todos
como dicen
los murmullos
y hospicios,
apenas
un entretenimiento
de gruñones embelequeros
que se miran de reojo,
no sea
que se les caiga
la cáustica cortesía
del puñal
en los riñones.
- Inédito-
No hay comentarios:
Publicar un comentario