UN VIEJO
Un viejo está sentado al fondo del ruidoso café
inclinado sobre una mesa,
con un periódico ante sí por toda compañía.
Desde el fondo de su triste vejez despreciada
sueña que ha disfrutado poco los años
en que tenía fuerza, elocuencia y belleza.
Sabe que ha envejecido en exceso,
lo siente, lo ve.
Mas le parece que ayer aún era joven.
¡Cuán corto le parece ese intervalo!
Se dice que fue muy crédulo (¡qué locura!);
ha escuchado demasiado la mentirosa sabiduría
que le murmuraba: "¡Mañana...tienes aún mucho tiempo!"
Se acuerda de impulsos refrenados,
de innumerables alegrías sacrificadas.
Y ahora en cada ocasión
se mofa de su idiota prudencia.
Pero tantos pensamientos y recuerdos
aturden al viejo.
Y se duerme, apoyado en la mesa del café.
(Fuente: Carlos Battilana)
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