miércoles, 26 de enero de 2022

Ángela García (Colombia, 1957)

 

Se arrodillan para beber

 

 

 

 

Por supuesto no el poder practicable en alguien más que en mí,

no para decir esto es mío, sino para decir esto soy.

Puesto que aun así ningún poder alcanza,

acercarme a un dominio propio.

Ejercer alguna de las pocas libertades que existen,

la de pulsar mi nombre mientras pasa.

¿O se agotará más pronto como los fuegos voraces?

¿Cuál alegría es mejor? ¿Cuál tristeza más soportable?

 

 

 

 

El pianista

 

Recuerdo sus largos dedos desatados

sobre las teclas negras y blancas.

 

Se diría que la puerta fue la mirada

con la señal de abundancia.

 

Se diría que fue el abrazo acuñado con lentos

besos ensartados en la nuca, en las sienes,

 

resbalando, imitando al aceite,

precipitándose, imitando al agua.

 

Recuerdo sus dedos pulsando invisibles

la arborescencia abstracta entre mis muslos,

 

rasgueando el acertijo sinfónico de la sangre,

el cuerpo encrespado en racimo.

 

Llamaríamos puerta a esa noche única

pero era solo el cobertizo.

 

Puerta fue la pérdida de los límites,

el desgajamiento, la vacuidad del rayo.

 

 

*

 

 

Un árbol y una casa

creciendo en la escritura,

conteniendo inocentes otros universos,

sobresaltos de grillos,

silenciosa paciencia de arañas,

gorjeo de niños,

muda filigrana de las estaciones.

 

Si no escribiera, me perdería.

Correría el riesgo de creer

lo que otros dicen que soy.

Correría el riesgo de dejar incompleto

lo que otros creen que soy.

 

 

*

 

 

¿Es una parte de tu cuerpo que me inventa?

¿O es una forma de mi deseo?

¿Cómo se llama ese lugar

donde el deseo de los dos desemboca?

 

Arráncame de la historia,

remólcame a mi propia hechura,

 

seamos los que mueren,

seamos los que nacen.

 

 

 

 

Versiones de Narciso

 

Entremos más adentro en la espesura.
San Juan de la Cruz

 

Ya no conozco mi cuerpo, conozco mis bordes.

Tienen el color de la leña cuando arde,

membranas azuladas.

 

En este taller no hay verdades o mentiras:

desprovistos de futuro,

espesamos la resina del aliento mutuo,

la redondeamos hasta convertirla en gema,

la guardamos en los ojos.

 

Te entrego mi sueño de hombre.

 

 

 

-Obra ganadora del XXI Premio Casa de América de poesía americana 2021.

 

 

-Ángela García
Se arrodillan para beber
Colección Visor de Poesía
España, 2022

 

CUB. LA CANCIO?N DEL AOUTSIDER

 

 

(Fuente: Revista Altazor)

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