LA MIRADA DE AISHA
No apartas los ojos
del sol que destella
entre la espesura
de los álamos
y sus rayos
te deslumbran.
No apartas los ojos
y a cambio recoges
las moras maduras
de la iluminación.
Ahora parpadeas
y, por un momento, me miras
con toda esa luz
lenta como la savia.
Así, tu sabiduría.
EL MIEDO DE AISHA
sin noche y sin día
caminaron solitarios por el jardín negro
Homero Aridjis
Que el bosque no huela a nada,
tampoco su dulce fermento al mediodía.
Que albinos los acantos
se queden callados,
las campanillas no tañan
y las mimosas ladren.
Que las gramíneas emigren,
y se ahorquen las orquídeas,
que el argán sucumba al desierto
y el manzano tan solo dé piedras.
Que el cardo enrejado no se libere
y la avena apenada el viento no avente.
Que a la azalea el sol no jalee
y el nenúfar se hunda
en las aguas oscuras de la ciénaga.
Que nada huela, que nada toque,
que nada sepa y por no saber,
siquiera saber si alguna vez
tuvieron un nombre.
LAS MANOS DE AISHA
Thy fingers make early flowers of
all things.
e. e. cummings
Son tus manos madreselvas,
al abrirlas membrilleras,
al cerrarlas melilotos.
Son tus manos mirabeles
que crecen sus susurros sobre el barro.
En tus manos milenramas
van tus milamores y son tus manos
un ramo de mujares amarillos
cuando abrazas el mundo.
Porque saben abrazar tus manos
y plantar un planeta, también trabajar saben.
Que pintan delicadamente como un mirto
lo blanco con el rojo de los pistilos
del mirobolán y los estambres
de la morera, que eres mujer que pinta
y grande es tu rodillo como grande
es la paz salvaje
que hay en la piel de tus manos.
Que son sus yemas hipnóticos abdómenes de abejas
y sus palmas parecen las cuencas oxidadas
de los ríos marcianos y, nudosos, sus dedos
arrancan el maíz o acarician
la malva silvestre con el tacto de un beso.
Son tus manos la mandrágora que chupamos
alucinados entre colores, la manzanilla
que bebemos cuando, cabizbajos como meleagria,
te buscamos en las redes mecánicamente
zurcidas del ordenador.
Son tus manos el mijo que nos alimenta
cuando, como una niña, al juego
de las manos juegas con la tierra
y entonces son tus manos arcilla
y sus uñas verdes pétalos de morsano.
Qué perenne es tu pena
cuando el patriarcado te poda las manos
y mano sobre mano te ves abocada
a florecer de noche para que nadie te vea.
LA INFANCIA DE AISHA
Te ruego no entres, chispa lapidaria del miedo,
no enciendas por soledad el miedo entero.
Sergio Algora
Como las cápsulas del algodón antes de abrirse
así tu ocre infancia atrapó tu blandura.
Tu infancia de azafrán silvestre, seco y sin aroma sobre el suelo.
Tu infancia, flor de cerezo que la leve brisa de la pérdida
hizo desprenderse de los pétalos de su niñez antes de marchitarse.
Tu niñez liviana entonces, blanca como todas,
ahora en el recuerdo como vilanos enredados
entre enebros agrestes y asépticas lavandas.
Tu niñez de lirios incoloros, sin laureles sobre la frente,
ruda como un madroño sin fruto.
Niña bebiendo de las copas del hibisco sus propias lágrimas.
Niña floreciendo entre espinos al comenzar el día.
Niña tan sola en la espesura del bosque, aterida de frío,
neveros tus párpados siempre en la umbría.
Pálida escarcha sobre los pastos ralos de la inmensa dehesa,
con la piel endurecida cual corteza de alcornoque
que atrapara tus arterias, dejándote sin riego.
Y tu miedo, descomunal como una secuoya,
que aún miras desde abajo, pequeño brezo sin abrazos,
con tu corazón como una dalia amarilla
que entre tus manos se mustia y seca.
PLANTAS INVASORAS
Puedo escuchar ramalazos de stress
en el vacío del gran tetra brick
en el que hago mi break
con este picnic de alquitrán y smog.
Dani Orviz
Hoy quieres decir carrasca pero pronuncias hispster
y al reírte tu risa no suena, tan solo es un lol.
Se reproducen menos los majuelos que los memes en los smartphones
y eres una nerd que camina sola por los bosques.
En las mañanas de frío tu aliento vapea
ya no recoges las hojas prefieres un briefing
y te dices eso de que el hombre
es un CEO para el hombre.
Al llegar el deadline, el sol te inscribe en su newsletter,
y eres una follower de los senderos más trend.
Formas parte del target, ya no corres, haces running,
y no miras tumbada el cielo sin un buen planking.
La flor es un spoiler del fruto
bebes agua del manantial en streaming,
nomofóbica, coges el móvil cada vez que pía un estornino,
más molesto que un spam es un insecto
al posarse sobre tu mano.
Ya no quieres saber del alerce ni del álamo
solo de astroturfing,
y la lluvia te incomoda, mejor un brainstorming.
El feedback de la semilla no te aporta ningún know-how
porque eres workaholic y necesitas más inputs
y juntarte con otros para hacer un flashmob,
y después de shopping a comprar orégano y tomillo
envasados en su packaking.
Customizas un pino en el solsticio de invierno,
quieres ser una friki del dron en vez de mirar el paisaje,
más importante que se guarden cookies en tu navegador
que en tu cerebro se guarden los nombres de las plantas que te comes.
Así el planeta vale menos que la blogosfera,
las abejas sufren bullying, a ti qué, mejor son los bitcoins,
que el cambio climático es un fake que no tiene ni sponsors
y el baobab y el acebo, la melisa y el diente de león,
los ves en tu macintosh después de googlear.
En Aisha. Ed. Ya lo dijo Casimiro Párker. 2021
(Fuente: Voces del extremo)
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