lunes, 1 de febrero de 2021

Vítězslav Nezval (Biskoupky, 1900-Praga, Checoslovaquia, 1958)

 

 

Ciudad de torres




Praga de las cien torres
con los dedos de todos los santos
con los dedos de los perjuros
con los dedos de fuego y granizo
con los dedos de un músico
con los deslumbrantes dedos de mujeres tumbadas de espaldas
con dedos que tocan las estrellas
en el ábaco de la noche
con los dedos de donde mana la noche
con dedos estrechamente unidos
con dedos sin uñas
con los dedos de los niños más chicos y afiladas briznas de yerba
con los dedos de un cementerio en mayo
con los dedos de una pordiosera y de toda la clase
con los dedos del trueno y del rayo
con los dedos de los crocus de otoño
con los dedos del castillo y de las viejas arpistas
con dedos de oro
con dedos por donde silba el mirlo y la tormenta
con dedos de puertos de guerra y clases de baile
con los dedos de una momia
con los dedos de los últimos días de Herculano y de la Atlántida sumergiéndose
con dedos de espárrago
con dedos de cuarenta grados de temperatura
y helados bosques
con dedos sin guantes
con dedos en los que se ha posado una abeja
con dedos de alerce
con dedos que tocan el flautín de la orquesta de la noche
con dedos de jugadores tramposos y de acerico
con dedos deformados por el reumatismo
con dedos de fresas
con dedos de molinos de viento y ramos de lilas
con dedos de agua de la fuente y con dedos de bambú
con dedos de trébol de cuatro hojas y viejos claustros
con los dedos de creta diluida por el agua
con dedos de cucos y de árbol de Navidad
con dedos de mediums
con dedos cepillados por el vuelo de un pájaro
con los dedos del tañido de las campanas y del viejo palomar
con los dedos de la inquisición
con los dedos lamidos para probar el viento
con los dedos de enterradores
con los dedos de ladrones de anillos
de manos que tocan la ocarina
con los dedos de deshollinadores de Nuestra Señora de Loreto
con los dedos de los rododendros y las fuentes de la cabeza del pavo real
con los dedos curtidos de la cebada que madura en el mirador de Petrin
con los dedos de mañanas de coral
con dedos que señalan hacia arriba
con los dedos cortados por la lluvia y la iglesia de Tyn con el guante del crepúsculo
con los dedos de la hostia profanada
con los dedos de la inspiración
con largos dedos sin falanges
con los dedos con que escribo este poema

~~~



Adiós y un pañuelo



Adiós, y si nunca nos vemos de nuevo,
fue hermoso y fue suficiente.
Adiós, y si nos reunimos,
acaso asista yo o lo haga alguien más.

Fue hermoso, pero todo alcanza su final.
Calla, clamor, la tristeza que ya reconozco.
El beso, el pañuelo, la sirena, la campana marina,
tres o cuatro sonrisas, para luego quedarme solo.

Adiós y si nada más nos queda por decir,
atesoremos un pequeño recuerdo
frágil como pañuelo, sencillo como postal,
y un tanto falso como el brillo de la fantasía.


Será mejor haber visto lo que los demás no vieron,
golondrina en busca de su jaula original.
Me señalaste el sur en cuyo armario anidaste.
Tu destino es volar; el mío, cantar.

Adiós y si todo aconteció por última vez
será peor, pues ya nada tendrás, esperanza mía.
No nos despidamos, entonces.
Que el adiós y una despedida conformen nuestro destino.

***



Versiones de Clara Janés y de César Navarrete, respectivamente.



(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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