Invocación
Devuélveme mi lengua,
déjame hablar la lengua que me enseñaste.
Diré las grandes mentiras en tu honor,
alabándote sin nombrarte,
obedeciendo las leyes de la oscuridad y de la métrica.
¡Sólo déjame hablar mi lengua
en tu alabanza, silencio de los valles,
ribera norte de los ríos,
tercera cara esquiva,
vacío!
Déjame hablar la lengua materna
y cantaré tan fuerte que
las recién casadas y las viejas
bailarán al ritmo de mi canto
y las ovejas dejarán de pastar y las máquinas
se unirán en rueda para oír
en ciudades arrojadas al silencio
como un anillo de piedras erguidas:
¡Oh déjame tumbar las paredes cantando, Madre!
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