jueves, 16 de enero de 2020
Raymond Roussel ( París, 1877 – Palermo, 1933 )
La Vista (fragmento)
"A la izquierda, estorbando el paso, está parada
Una pandilla que hace ruido; una mujer alta
Tiene, en su porte, una soberbia majestad
Combinada con un trato frío y prudente;
Por suerte para ella, tiene una gran idea
De sí misma y jamás se siente intimidada.
Es literata y cree saberlo casi todo;
No toma nunca en cuenta a quienes leen poco;
Zanja siempre las charlas literarias; sus cartas,
Carentes de palabras sosas, de tachaduras,
Sólo nacen después de arduos borradores
En que surgen los giros de frase industriosos.
Deseosa de estar siempre al tanto, se rodea
De escribidores que la asesoran y se harta
De novelas; con tal de entender más o menos
La intriga y, cuando hay que intervenir, poder
Meter baza, le basta; sus exigencias no
Son las propias de las grandes inteligencias;
Ahondar es de lo más superfluo para ella;
Lo que quiere es decir todo el tiempo: “He leído…”.
Pone a veces sus manos bisoñas a la obra,
Cree en la benignidad de la Musa, vacila
Y, con la frente gacha, los ojos turbios, pare
Versos durante, al menos, la mitad de la noche.
Cediendo a su manía, ahora mismo, charla
Con un incomprendido que saca pecho y posa,
Hombre insípido, lleno de veneno dulzón
Que les sonríe a todos y, a sus espaldas, ríe.
Lo horripila hasta el mínimo éxito de su prójimo;
Haciendo rechinar los dientes, amontona
Manuscritos que se hunden todos en sus cajones,
Sin que uno solo de ellos alcance a ver la luz.
Odia al género humano, le saca el cuero a todo
El mundo: fulanito sólo escribe por plata;
Mengano, dicho sea de paso, está agotado,
Es cosa demostrable, concluyente, rotunda;
Zutano no es más que un descarado plagiario;
Cuando no ataca a Pedro la arremete con Juan;
En su saña de agriado fracasado, numera
Sus motivos de queja, no se olvida del más
Remoto sinsabor; no hay ninguna laguna
En los repliegues de su rencor insondable.
Propala en cuanto surge cualquier rumor molesto.
Si se le habla de frente, dobla, rastrero, el lomo;
Sólo alza la cabeza y se vuelve arrogante
Cuando hay que hacer leña con el árbol caído.
Si alguien es efusivo, aplaudidor, clemente,
Así sea un poquito, lo aparta de su círculo;
De los suyos exige que tiren a matar."
(…)
Traducción Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán.
(Fuente: La Caína)
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