jueves, 23 de enero de 2020
Margarida Vale de Gato ( Portugal, 1973)
Crisálidas
“Tu belleza”, repetías, yo presa en la inmovilidad de los ojos en trance
pensaba “igual a mí”, como una vez en una película un muchacho
y un perro entregados a la catástrofe por esa especie de venganza
de los seres que se aman, el odio –somos
tan nuevos para esto crecemos tan de prisa, sabemos tanto
esta gran tristeza de que me mires y digas
“es tan bonita” y mientas por omisión, mi
rostro volatizado por el alcohol, entre el difuso recorte
de los párpados y tus labios que beso, dices “sin
convicción”, veo la imagen flotando en el agua de dos travestis
la mirada frustrada insolente y me cubres los ojos con tus
labios calientes.
Aseguro una mano en la tuya y la otra en el vaso, una de ellas
se derramará, sonrío para mí, tu cuarta mano
abre delicadamente los labios náufragos
somos tan nuevos, yo seré tan bella, sonrío para tus
dedos, mano ágil, inquieto el lance, nocturno de Lizst, si
me mueves se desmoronará, pero entreabro los labios nuevos
en busca de la pureza como polvo quebrado de vidrio
cortante en las piedras bajo la lluvia, procuro
caminar descalza equilibro un pie frente al otro, exhibo
una agilidad con lo que te hago creer que soy una artista de circo
te deslumbro cuando finjo domar la vida como leones
pero es puro ilusionismo, las sombras de la noche
vienen detrás de los biombos son dobles
y opuestas en el episodio de nuestro amor.
Lavados por la lluvia y el alcohol, espejos anversos nos
ven colgados de cabeza como crisálidas
construyendo capullos de un único hilo de seda y una repentina
vida de mariposa, “es tan bonita”, esta metamorfosis tejida
con saliva y dedos entreabro los labios, mientras
movemos los pies uno frente al otro
rozando colillas rótulos de cerveza vasos de plásticos cuellos
de botellas quebradas contra las piedras breve relámpago de la lluvia
manos tomadas (qué frágiles), y un pie frente a otro, alguien
que canta el fado donde compramos tabaco, tan
gran tristeza no deberías sentir.
Y llueve aún contra las piedras las paredes las ventanas oigo
todo dentro de este cuarto, pensión de putas para amantes exiliados
donde alguien con nombre falso vino a ensayar para nosotros
el acto de nuestro amor
y estoy tan cansada de ser bella y de la imagen mal dibujada
de tus labios que beso, “sin convicción”, dices
en medio de esta ebria lucidez en que tú estás, tus pies
enlazados ahora a los míos mientras alguien debe cantar
el destino a lo lejos, la película de nuestro caso amoroso
proyectada contra las paredes del cuarto donde dormimos este exilio
y un silencio ahora largo como hilo de seda
náufrago abandono
mis pies juntos a los tuyos durante la catástrofe.
Versión Mijail Lamas
(Fuente: La Caína)
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