viernes, 4 de octubre de 2024

Oscar Vicente Conde (Buenos Aires, 1948)

 

INFINITO
 

De nada sirve el ocaso que se rinde
Circulan los cuadrúpedos tras la línea neófita
donde se aparean con la noche virginal
Los estragos de ataño recrudecen junto a las horas
que pasan ligeras e impuras
Silencios y gritos conviven como parias que regresan
Si hubiera demasiadas mujeres los hombres
las esconderían como salvación
Y ellas no opondrían resistencia
Tarde o temprano volverían a ser libres
Algo acecha tras las sombras
Silencioso
Como un reptil en el desierto siempre nocturno
 
Un punto en la nada celeste marca la lejanía
Sin soles ni lunas
Ni planetas por conquistar
Sólo aquí estamos los humanos
empuñando las armas para devorar otros humanos
 
Sólo aquí
alguien ordena el fin de los tiempos

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