Cáncer:
En la época de las grandes migraciones, mientras camina en
sueños por el muro de Berlín, el Déspota se venda de hollín los
nuclear de la oscura gloria de los césares.
El cáncer ciego habla por él, por todos ellos, canturreo que escapa
como un áspid por entre el uniforme meado y casto.
Traicionándolo, al alba sudorosa lo despierta una bonita erección,
el aullido garganta abajo del tren de Focault que viene pisando el
futuro (su último enemigo) tendido en la vía.
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