Mirar es el acto menos prudente
.
Hay que tener cuidado. Ver, lastima. Deja cicatrices.
Yo he visto cosas tremendas. No tuve un plan. No fue a propósito. Las cosas se me pusieron delante. Probé taparme la cara pero todo estuvo dispuesto para ser contemplado.
Se desarmó la estantería. Los libros fueron cayendo uno a uno. Ladrillos. Escombros. Ruinas en los ojos. Una ciudad adentro
de los ojos. Todo el cuerpo.
Es siniestra la mirada del que observa. Siempre se sabe que detrás hay algo
que empuja hacia otros sitios. Hay un corazón cortado en las cuchillas. Lo que fue amor
se marchitó en los árboles. Un fruto dulce
y peligroso la mirada.
El desorden era cierto. Terrible y cierto. Algo que no sé se instaló aquí. ¿Cómo se saca
la cría de un animal hundida entre los charcos? ¿Con cuál soga se zanja el desánimo? ¿En qué mares?
Quiero llorar la mirada hasta que se desgrane en la arena.
El amor no es nada poderoso.
.
(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)
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