TRES POEMAS DE MADERA DE UN SOLO ÁRBOL CUADERNO DEL NEPAL
XXXII
El niño tísico se llama Simón
y habla cinco idiomas, los cinco unidos
por la cinta de goma de sus sandalias.
En newari nos canta las gestas de su pueblo,
empapado bajo la lluvia,
repitiendo
it’s nothing, it’s nothing…
qué lejos para Simón
la universidad,
las medicinas
de esta farmacia de aquí al lado…
carraspea y de nuevo vuelve a cantar,
dodecafónico y roto,
―igual que aquella niña de la calle del Sol,
en comba única―
el romance eterno
de una condesa que pronto
será viuda.
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XXXIII
Luna de Shirat.
Vano es vuestro empeño, gobernantes.
Aunque os gastéis todo el presupuesto en fotos,
aún os aventaja
la luna de Shirat,
gratis, indiferente y, en verdad,
para todos.
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XXXIV
¡Papa, toros!
No, no.
Mira, el golfo Pérsico,
los cráteres de la luna,
la cueva del hechicero de Lascaux…
un desconchado en la pared del mundo
o tu boca, mi niña,
extendida entre todas las ilusiones,
mi esperanza.
Antonio Orihuela
Madera de un solo árbol
Cuaderno de Nepal
Editorial Delirio
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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