sábado, 19 de octubre de 2024

Osip Mandelshtam (Varsovia, Imperio Ruso, 1891 – Vladivostok, Unión Soviética, 1938)

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CONCIERTO FERROCARRIL

 

No más respiros. El cielo – lleno de gusanos.
Los astros se callaron, ninguno arde.
Pero encima de nosotros, Dios lo ve, hay música, ahí arriba –
El canto de aónides hace vibrar la estación.
Y nuevamente está el aire desgarrado por señales,
El aire de violín, que aquí confluye.
 
El parque gigantesco. La esfera de estación, de vidrio.
El mundo férreo – encantado, otra vez.
Y solemne, hacia el Edén-Neblina,
Acompañado por una orgía de sonidos anda el tren.
Un grito de pavo real. Estrépito de piano.
Llegué tarde. Estoy soñando pues. Yo tengo miedo.
 
El bosque vítreo alrededor, yo lo pisé.
La construcción del violín – en lágrimas, revuelta.
El perfume de las rosas en las huertas putrefactas;
El coro de la noche que se alza, así salvaje.
Ella que alguna vez fue cara, ella, aquella sombra …
Su cuartel nocturno: un vidrioso carperío …
 
El mundo férreo, se encrespa, por la música se encrespa –
Siento cual si le temblara el cuerpo entero –
Estoy parado en el pasillo vítreo, me reclino.
¿A dónde querés ir? Son las exequias
de la sombra, que ahí se fue. Una vez más, hubo música.
.....

De una traducción de Paul Celan al alemán, traducida a su vez por Léonce W. Lupette
 
 
(Fuente: Daniel Freidemberg)

 

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