jueves, 3 de octubre de 2024

Claudia Dabi (Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina)

 

 

HUÉRFANA DEL HAMBRE 

 

Abrir la caja de Pandora, quizá sorprenda
una comida en plato que juegue a ser arca,
como una buena madre me contenga
dormir en la palma de su mano para no llamarme lasciva.
 
Los perros aúllan propuestas indecentes
sobre cuatro neumáticos bajo el puente.
El tiempo se articula en su tamaño,
me lanzo una vez más por el aro del mundo.
Se deshila el dolor frío de las luces sin analgésicos,
se anudan los motores en la garganta de la noche.
 
No tuve ni tendré beso en la frente, una caricia.
Acaso empresaria o necesaria,
tal vez lavandera y planchadora.
Prohibidos los carros con desconocidos, corre, diría
toma algo de dignidad, bébetela,
no educaré una ramera.
Pero mi nombre es Soledad, y no quepo en el cuerpo de la calle. 
 
Todas las mantas se multiplican en alfileres,
el embudo en mi cuello cuela porcelanas de risa desprovista de ojos.
Con un solo fósforo hasta el fin de los días
encender los dijes, muñequitas desnudas
enseñar la cintura y ocultar la mordaza.
Es todo, es sólo lo que he aprendido. 
 
 
 
          Sin prisa sin pausa
Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina

 

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